El mercado de fichajes siempre tiene un extra de ilusión para los aficionados. Al fin y al cabo, supone la llegada de caras nuevas al club. Lo normal es que, con sus más y sus menos, siempre llegue alguien nuevo para reforzar la plantilla. Hasta es más probable ver equipos que firman a granel que otros que no incorporan a nadie, porque es mejor sumar que quedarse igual. Por eso mismo, el 98.96% de los clubes de las cinco grandes ligas han fichado. Solo hay uno que no: el Liverpool. ¿Qué ha pasado para que el gigante inglés haya afrontado este verano con semejante pasividad?
❌ El Liverpool no quiere gastar
Sin ser el mercado más despilfarrador del Big-6 inglés, los grandes clubes de la Premier League se han gastado más de 110 millones de euros de media. Y eso que el Liverpool baja la cifra conjunta unos 22 millones por su nulo gasto en esta ventana. Esta inactividad en el mercado es notoria, pero no tiene una explicación reveladora. Es, más bien, fruto de una concatenación de factores. Pese a que Arne Slot ha iniciado un nuevo proyecto, desde Anfield consideran que es momento de nadar y guardar la ropa. No quieren hacer desembolsos que no consideran necesarios.
Pese a la ausencia de fichajes, el Liverpool ganó y convenció en su debut en la Premier League 24/25.
Con esta filosofía, se ha comenzado a especular sobre el posible mal momento de las arcas del gigante de Merseyside. Sin embargo, no tiene sentido algo así. Este verano han intentado fichar a Martín Zubimendi por casi 60 millones, y siguen tanteando la incorporación de Giorgi Mamardashvili por algo más de 30. Dinero hay, pero no tienen ganas de gastarlo. El Liverpool prefiere pasar el chaparrón de críticas de sus aficionados que desembolsar dinero por futbolistas que no consideran idóneos para el equipo.
Para encontrar un antecedente de esta política austera, hay que retroceder hasta 2019. En la ventana veraniega de aquel año solo se acometieron dos fichajes, pagando 10 millones por ellos. Por aquel entonces, el club afrontaba el mercado como el flamante campeón de la Champions League, y tenían una de las mejores plantillas de su historia. Se podía entender la posición conservadora de Fenway Sports Group (dueños del club, FSG por sus siglas) en el mercado. De hecho, las siguientes ventanas fueron coherentes con esta idea. Fueron aumentando el desembolso a medida que las piezas más importantes necesitaban relevo, pero no antes. Así llegaron Luis Díaz, Darwin Núñez, Dominik Szoboszlai… se gastaron entre 2020 y 2023 casi 500 millones de euros en traspasos.
🔀 Entre las renovaciones y los fichajes
Lo cierto es que, si miramos la plantilla actual, Arne Slot no se puede quejar. El dinero invertido en los últimos veranos se nota en una plantilla que ha sufrido bajas tan sensibles como la de Sadio Mané o Henderson. Salvo en el pivote, posición que dejó huérfana Fabinho (de ahí la insistencia por Zubimendi), todas las posiciones están bien cubiertas. Aunque no haya títulos para reforzar su postura, se vuelve a entender el inmovilismo de FSG. Y es que, a no ser que haya una salida, el Liverpool no se va a mover en el mercado. Por eso mismo, el único rumor que gana fuerza en estos últimos días es la incorporación de Jarrad Branthwaite si sale Joe Gomez. Defensor por defensor, y que no se hable más.
¿Cómo puede afectar al Liverpool la explosión de Cody Gakpo en la Eurocopa?
La austeridad del Liverpool y su conservacionismo con su actual plantilla gana fuerza si se repasan los contratos de sus futbolistas. Mohamed Salah, Virgil van Dijk y Trent Alexander-Arnold finalizan contrato en 2025. O lo que es lo mismo: su futbolista más decisivo, el capitán y sobre el que se estructura el juego del equipo pueden marcharse en un año. Las tres renovaciones van a ser caras, y quizás por eso mismo el Liverpool está guardando su dinero. No es para menos, pues una salida como agente libre de cualquiera de estos jugadores sería una puñalada tremenda para el club. Ya sea por lo emocional, lo futbolístico o lo económico, no sería sencillo levantarse de algo así.
Por desgracia para ellos, no parece que este tema de las renovaciones se vaya a resolver rápido. Llevan bastante tiempo en punto muerto, y ya se escuchan cantos de rumores de clubes interesados de cara a la salida de los mejores futbolistas del Liverpool. Y es que, a fin de cuentas, lo de guardarse dinero para las renovaciones es un arma de doble filo: el no reforzar proyecto puede mostrar falta de ambición, lo que puede desembocar en unas mayores pretensiones salariales en las negociaciones. Sea como fuere, lo único que queda es esperar para discernir si les sale bien la jugada a los de Anfield. Con su pasado a cuestas y la ansiedad por el futuro más que presente, solo les queda avanzar desde el presente.
