Las agujetas son el término coloquial de un problema que aparece en las personas que realizan deporte. Estas consisten en una sensación de incomodidad o dolor en los músculos esqueléticos tras ejecutar una actividad física, normalmente cuando no se está acostumbrado. Las agujetas son inevitables en el momento en el que se decide comenzar a hacer deporte, especialmente tras el primer día para los que no están familiarizados con su práctica o en individuos que que han tenido una larga inactividad por alguna lesión o problema físico.
El primer día en el que se da el paso y se comienza con la actividad deportiva a menudo se suele derrochar muchísima energía y se llevan a cabo los ejercicios a mayor intensidad de la habitual. Por ello, el segundo día suele ser muy duro, y es debido precisamente a las agujetas. Es complicado continuar con la rutina y más cuando se sufre un malestar general y dolor por todo el cuerpo. Muchos desisten de la actividad física debido a ellas y esto es un grave error. Son varios los estudios y los expertos que afirman que el deporte no se debe detener pese a tener agujetas.
❌ Los expertos recomiendan no detenerse
Sergio López es fisioterapeuta experto en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (CAFYD) y trabaja en la clínica Ruber Internacional Centro Médico Habana. López advierte de que bajo su criterio las agujetas no son una excusa para dejar de hacer deporte. De hecho recomienda no detenerse, ya que pueden ser incluso beneficiosas: «Hay que seguir moviéndose para evitar que los músculos se queden rígidos, lo que podría aumentar el dolor«, afirma el experto.
Existe otros beneficios al no detener la actividad física por causa de las agujetas: «Al realizar ejercicio activo favorecemos el aumento de flujo sanguíneo, algo que es necesario para eliminar las sustancias de desecho resultantes de la respuesta inflamatoria tras el daño muscular generado, además de para nutrir y oxigenar al músculo», analiza López.
🌡️ ¿Por qué es peor parar si se tienen agujetas?
El reposo absoluto en caso de tener agujetas es perjudicial y ralentiza la recuperación. Como consecuencia, la oxigenación y nutrición de la célula muscular se retrasarán, y la sensibilidad neuronal a nivel celular se mantendrá por mayor tiempo. Esto es debido a el aumento de temperatura y el incremento del flujo sanguíneo en las zonas más afectadas donde se acumulan sustancias pro-inflamatorias y de daño muscular hace que estas tarden más en evacuarse y regenerarse.