Hay tan pocas dudas en el Tanguy Ndombélé futbolista como tantas hay acerca de su poca disciplina. El técnicamente superdotado centrocampista francés está a punto de perder el último tren que le quedaba en la élite futbolística. El Galatasaray, harto de su desobediencia, ha estallado tras ver la pésima forma física en la que se encuentra. Está seis kilos por encima de lo que debería, algo que imposibilita que vuelva a rendir como debería por sus cualidades. Por lo pronto, volverá a Londres en enero tras la negativa de los turcos a mantenerle hasta final de año. Ndombélé ha pasado de posible dominador del centro del campo a ser un ejemplo de lo que no hay que hacer en la élite.
❌ El Tottenham, tan hecho a medida que no funcionó
Antes de llegar hasta ese punto en el que nos encontramos toca bucear en el pasado. ¿Cómo alguien que lo tenía todo ha boicoteado así su propia carrera y su salud? Ndombélé fue uno de los mejores prospectos que tenía por aquel entonces el Olympique de Lyon. Y esto, hablando de un equipo que saca a varias joyas en cada temporada, es mucho decir. Tenía el pack completo, pues aunaba el físico y la calidad técnica para dominar la media cancha en el fútbol de élite. Por eso mismo el Tottenham puso una oferta irrechazable encima de la mesa. El que era el subcampeón de la Champions League se había fijado en él.
No era para menos, pues Ndombélé era perfecto para lo que quería Mauricio Pochettino. Dentro de un equipo que mezclaba la intensidad con el buen trato de balón, un futbolista así era ideal. Si le sumamos todo lo positivo a los focos de la Premier League, esa perfección pasaba a ser algo idílico. Era evidente que iba a salir bien. Tanto era así que, quizás, alguien como Ndombélé estaba incómodo. Para talentos así las normas son solo un rival al que hacerle un caño. La adaptación no fue tan rápida como debería, y Pochettino acabó despedido. Con la llegada de Mourinho y su mano dura, el centrocampista francés y su indisciplina iban a tener muy difícil aquello de tener minutos.
👎 Ndombélé, ni en su casa, ni en Nápoles
El Tottenham, tras pagar más de 60 millones de euros por él, sabía que tenía que mover ficha. El fichaje más caro de su historia se estaba hundiendo en su propia complacencia. No estaba teniendo minutos ni parecía querer luchar por ellos. Decidieron cederle al Olympique de Lyon, allá dónde se hizo un nombre. Quizás desde su casa sabrían como reconducir su falta de actitud. Pese a llegar a mitad de temporada como un refuerzo estelar, no logró asentarse en la titularidad. Creía que debía salirle todo por los dones con los que había nacido. Había dejado fuera de la ecuación el trabajo diario, y en ese punto no pueden ayudarle ni en su hogar. Era (y es) algo entre él y sus fantasmas.
El Tottenham de Postecoglou encuentra vida lejos de Harry Kane
Buscaron recuperar ese fuego interno con una cesión en un Nápoles teóricamente desarbolado. Teóricamente debería ser titular en un equipo con menos pretensiones. Nada más lejos de la realidad. Formó parte de un plantel histórico para los partenopeos, ya que aquel año ganaron su tercer Scudetto. En un equipo tan competitivo, Ndombélé no pasaba de ser un centrocampista para rotar. Contaron con él, sí, pero no como se esperaba. El francés, cómodo en ese impasse futbolístico que estaba tan lejos de donde debería, regresó a Londres. Una vez más se encontraba en la casilla de salida. Y lo peor es que estaba ahí de nuevo sin cambiar ni un ápice. No tenía ganas de trabajar en el día a día.
🚂 Turquía y su último tren
El Tottenham le iba a buscar una cesión para afrontar su último año de contrato. Ange Postecoglou, dentro de su nuevo proyecto, no quería asumir esa herencia del pasado. Si no podía quedarse con Kane, tampoco quería a los desterrados de su era. No contó con Ndombelé en pretemporada, dejándole al margen. Su indisciplina se fue haciendo más grande, por lo que cada vez se cuidaba menos. Pensó, una vez más, que con su talento sería suficiente. El Galatasaray llamó a su puerta. Creían que podían recuperarle para la causa, pero los ingenuos se encontraron con un jugador que parecía un exfutbolista a sus 26 años. Le sobraban 6 kilos y no parecía querer perderlos.
Los intentos por reconducirle han sido estériles. No ha funcionado ninguno, por lo que a los turcos se les acabó la paciencia. Lo quieren fuera, porque no se puede trabajar con alguien a quien no le importa ni su propia salud. Ndombélé, como si viviese en un bucle, regresará a Londres sin haber aprendido nada y habiendo dejado escapar otro tren. Difícilmente, cuando se acabe su contrato con los spurs, alguien quiera contratarle. Le sobrará el talento, pero también le falta toda la disciplina del mundo. Y todo ello por no querer cuidar del talento innato que tiene, pues quiso abusar de este sin dar nada a cambio. Ndombélé pudo ser uno de los grandes, pero se quedará como un nuevo ejemplo de lo que no hay que hacer en el deporte profesional.