El Real Madrid salió del Reale Arena con una victoria de prestigio en un partido de alta exigencia. Con la mente dividida entre la Liga y la Champions, el equipo de Ancelotti supo imponerse en las áreas, donde se deciden los grandes encuentros. Lunin, firme bajo palos, sostuvo a los suyos con intervenciones clave, mientras que Endrick, con su zurda letal, dejó otra muestra de su calidad. La Real Sociedad plantó cara con intensidad y generó oportunidades, pero careció de puntería en los metros finales, algo que Oyarzabal lamentará tras fallar en momentos clave. El arbitraje también generó polémica, con los locales reclamando varias caídas en el área sin éxito. La nota negativa para los blancos fue la lesión de Ceballos en los últimos compases.
El choque arrancó con un ritmo vertiginoso, con los donostiarras volcados en ataque y empujados por su afición. Kubo, eléctrico en la banda, creó la primera ocasión con un disparo que Lunin detuvo con solvencia. En los primeros minutos, la Real Sociedad tuvo mayor iniciativa, presionando arriba y obligando al Madrid a jugar incómodo. Sin embargo, el equipo blanco resistió gracias a la serenidad de su portero y a la disciplina defensiva.
Endrick firma un golazo
Poco a poco, el Madrid fue encontrando espacios y golpeó en el momento justo. Un robo en la medular permitió a Bellingham lanzar a Endrick en profundidad. El brasileño, con un control orientado preciso, dejó atrás a su marcador y definió con el exterior, superando a Remiro. El tanto silenció Anoeta y reafirmó la efectividad merengue.
La Real Sociedad reaccionó con orgullo y tuvo el empate en las botas de Barrenetxea, cuyo disparo con rosca fue repelido por una gran estirada de Lunin. La tensión subió cuando Asencio vio la amarilla tras una dura entrada sobre Barrene. El árbitro tuvo que interrumpir el partido por cánticos ofensivos desde la grada, un episodio que empañó el ambiente.
Una segunda mitad sin goles
En la segunda mitad, la Real Sociedad salió decidida a igualar el marcador y rozó el gol con un cabezazo de Oyarzabal que obligó a Lunin a una intervención felina. Poco después, Kubo probó suerte desde un ángulo cerrado, pero nuevamente el portero ucraniano se erigió en salvador. En la réplica, Vinicius habilitó a Endrick con un pase medido, y el joven delantero estrelló su remate contra el larguero en lo que pudo ser la sentencia.
Con los cambios, la dinámica se mantuvo: la Real insistía, pero el Madrid resistía con orden. Tchouaméni fue un muro en la medular y también tuvo una ocasión clara con un disparo desde la frontal que desvió Zubeldia, exigiendo una gran reacción de Remiro. En el tramo final, los de Imanol lo intentaron con todo, pero se toparon con una defensa bien plantada. El susto llegó con la lesión de Ceballos, que se llevó un golpe en la rodilla en un choque con Kubo y dejó preocupados a los suyos.
Al final, el Madrid selló un triunfo de oro en San Sebastián, demostrando su capacidad para competir en cualquier escenario. La Real Sociedad lo intentó con coraje, pero la diferencia en ambas áreas marcó el desenlace. Ahora, los blancos siguen su camino con la vista puesta en los desafíos venideros.
