Si la 2022/2023 terminó con sabor amargo para el peor Ajax desde 2009, al menos en lo que a números se refiere, la nueva temporada no ha traído los cambios necesarios para remontar el vuelo. Más bien, ha sido lo contrario. Las apuestas tan arriesgadas en la dirección deportiva, el banquillo y los fichajes han empeorado lo que ya había, que de por sí rogaba un giro de tuerca a los cuatro vientos. Transcurridas nueve jornadas, que son siete en su caso, apenas suman 5 puntos y están en puestos de descenso. No parece que pueda peligrar la permanencia, pero tampoco se prevé que puedan luchar por reconquistar la ensaladera ante los proyectos de PSV Eindhoven y Feyenoord.
😰 Pérdida de calidad sin precedentes
Países Bajos no debe de ser un país agradable para pasar el verano. No solo por el mal tiempo, también por lo que sufren los hinchas de cada equipo ante la tentativa de otras ligas por fichar a sus mayores talentos. Y, en ese sentido, ninguno exporta tantos futbolistas de élite como el Ajax. Raro es el año que no tienen que reinventarse en el Johan Cruyff Arena, aunque también hay veranos y veranos. Este, en concreto, el reto se antojaba complicado; por la pérdida cualitativa, la cuantitativa y porque el club ya venía de una temporada caótica.
Una decena de jugadores importantes abandonaron el barco del Ajax. Eso sí, económicamente, las operaciones no fueron para llevarse las manos a la cabeza. Mohammed Kudus dejó 43 millones de euros antes de marcharse al West Ham, Edson Álvarez otros 38 para unirse al propio cuadro londinense, Jurrien Timber salió en dirección al Arsenal por 40, Calvin Bassey, por 23 al Fulham y Mohamed Daramy, a cambio de los 12 que depositó el Copenhague por él. Los que no dejaron dinero en las arcas fueron Florian Grillitsch, Davy Klaassen y Dušan Tadić, quienes salieron libres. La pérdida más dura de todas, la del capitán y el cerebro ofensivo Ajacied. Por su parte, Owen Wijndal, Jorge Sánchez y Francisco ‘Chico’ Conceição partieron como cedidos. Estos, sin tanta relevancia la pasada campaña.

Con las salidas de Daley Blind en enero y de Dušan Tadić en agosto, el Ajax se quedó sin representación de la histórica camada que alcanzó las semifinales de Champions en 2019.
Para colmo, Edwin van der Sar, mítico portero del propio club neerlandés y del Manchester United, dimitió como CEO de la entidad, antes de sufrir una hemorragia cerebral que lo tuvo varios días en cuidados intensivos. Una de las mentes pensantes del club desde 2016, que tampoco estaría en el momento que más se le necesitaba para remodelar la plantilla. Ni siquiera como consejero por su delicado estado de salud.
A cambio llegaron jugadores con proyección, pero sin apenas experiencia en un plantel con la exigencia del Ajax. La nueva dirección deportiva acometió hasta doce fichajes, por alrededor de 110 millones de euros: Josip Šutalo (21), Georges Mikautadze (16), Carlos Forbs (14), Gastón Ávila (13), Chuba Akpom (12), Benjamin Tahirovic (7), Sivert Mannsverk (6), Diant Ramaj (5), Anton Gaaei (4), Jakov Medic (3), Borna Sosa (8) y Branco van den Boomen (libre). Salvo estos dos últimos, todos ellos sub-23. En ese momento, la afición sí se temió lo que estaba por venir.
🤦 Una apuesta arriesgada para el banquillo
Para la reconstrucción, los elegidos fueron Sven Mislintat y Maurice Steijn, como director deportivo y entrenador, respectivamente. 130 días después, el primero ya ha sido despedido y la salida del segundo parece inminente, por culpa de los malos resultados deportivos y de una planificación negligente. Lo llamativo es que el Ajax, acostumbrado a mirar mucho a los trabajadores de la casa, confiase en dos profesionales que no eran una certeza competitiva.

De confirmarse el adiós de Maurice Steijn, el Ajax tendría que afrontar su cuarto cambio de entrenador en poco más de un año. Desde la marcha de Erik ten Hag, ni Alfred Schreuder, ni John Heitinga, ni el propio Steijn han podido remontar el vuelo.
Mislintat venía de tres temporadas en el Stuttgart, en las que el equipo teutón rindió muy por debajo de las expectativas y estuvo a punto de descender, pese a que la plantilla confeccionada, sobre el papel, estaba para objetivos mayores. Por su parte, Steijn convirtió al Sparta Rotterdam en la revelación de la pasada Eredivisie y quedó sexto, a las puertas de una clasificación europea. En todo caso, no era un estratega testado en proyectos que conviviesen con la presión del Ajax.
💣 Los ultras manchan la imagen del Ajax
Por si no hubiera bastantes problemas ya, ahora el gigante de Países Bajos se enfrenta a una sanción ejemplar, después de que los ultras provocasen la suspensión del clásico contra el Feyenoord, que perdían 0-3 al descanso, por el lanzamiento de bengalas al rectángulo de juego. Algunos, incluso, destrozaron algunos accesos al estadio una vez habían sido expulsados ya fuera del mismo.
Todo ello sucedió meses después de que, en Rotterdam, se tuviese que detener otro duelo entre estos conjuntos, a causa de un objeto que impactó en la cabeza de Davy Klaassen, provocándole una aparatosa brecha en la cabeza. La situación con los radicales en Países Bajos se agrava cada día que pasa y los partidos detenidos no paran de aumentar.