Di María - Argentina
⚽ Fútbol internacional

Ángel Di María, de Argentina para el mundo

«Voy a estar más en casita ahora». Esta emotiva frase de Ángel Di María para sus hijas emocionó a todo el mundo. La dijo durante los festejos de la última Copa América ganada con Argentina ante Colombia en Miami. ‘El Fideo’ disputó su último torneo de selecciones con la Albiceleste. Se despidió de Messi; dijo adiós a un sentimiento. Di María ha estado en las muy malas, malas y buenas. Sus lágrimas han pasado de ser tristes a caer de felicidad. El rosarino quedará en la historia grande del futbol nacional por sus goles y regates. Pero, sobre todo, por ser uno de los líderes de la Argentina que ha conquistado dos Copas América (2021 y 2024), una Finalissima (2022) y un Mundial (2022) en cuatro años. Se despide Di María; se va un trozo de Argentina.

🏆 La Copa América de 2024, el principio del fin

Antes de llegar a la Copa América que Argentina acaba de revalidar, empecemos por los orígenes. Porque de sobra sabemos que ‘El Fideo’ ha marcado goles de todas las formas y tamaños y que su nombre quedó grabado en la historia al anotar en la final del Mundial de 2022 contra Francia y en la Finalissima contra Italia unos meses antes. Y, evidentemente, no nos olvidamos que en 2021 marcó uno de los goles más importantes en la historia del fútbol argentino: una suave vaselina sobre el portero brasileño Ederson en la final de la Copa América de aquel año, poniendo fin a una sequía de 28 años sin títulos para la Albicelente.

 

El talento goleador de Di María fue evidente desde sus inicios. Según su primer entrenador, Rubén Tomé, en un momento incluso tuvieron que pedirle que dejara de marcar tantos goles. Aunque antes, el propio Tomé, le descubrió, como él mismo ha confesado, «haciendo jueguitos en la calle»: «En los partidos juveniles de la Asociación Rosarina de Fútbol se jugaban dos tiempos de 15 minutos, pero si anotabas demasiados goles al principio, el partido se detenía», recordó Tomé. «Así que tuvimos que pedirle que se calmara: ‘Ángel, entrenamos toda la semana; no hagamos que el partido termine en 15 minutos, por favor’. Él y sus compañeros eran así de buenos». Toda una declaración de intenciones.

🤹 El niño prodigio de Rosario

Di María dio sus primeros pasos en el fútbol a los cuatro años en el Club El Torito de su natal Rosario, donde Tomé lo conoció. Recuerda como el joven Di María, a quien aún llama cariñosamente ‘El Flaco’, ya jugaba brillantemente con niños dos años mayores, ya que todavía no había equipo para su grupo de edad. «Cuando me encargaron formar el equipo de la generación del ’88, el único jugador que teníamos era él», cuenta Tomé. «Para cuando conseguí a otros jugadores y lo trajeron a la práctica, me asombró; era increíble con el balón», agrega. Era habitual que el entrenador lo recogiera en su bicicleta para llevarlo a los entrenamientos mientras sus padres trabajaban.

Di María - Rosario Central

Di María en sus inicios en Rosario central.

Di María jugó dos años en El Torito, donde ganó el título juvenil de la liga Rosarina por encima de gigantes como Rosario Central y Newell’s. Los cazatalentos de Central, sabiendo que la familia era aficionada del equipo, se acercaron a su padre con la posibilidad de unirse al club. El precio, según Tomé, no fue más que balones para que el club del barrio siguiera practicando. «A pesar de todos los cambios que hemos hecho en el club, la puerta por la que se despidió la última vez sigue en su lugar».

🤩 Di María, grandeza en estado puro

La estancia de Di María en Rosario Central no fue del todo color de rosa. Su talento con el balón y su velocidad eran incuestionables, pero su físico delgado le cerró muchas oportunidades al entrar en la pubertad. A los 16 años, su futuro en el fútbol parecía incierto. En 2018, Di María admitió en una carta abierta para The Players Tribune que, por ese entonces, su padre le dio un ultimátum. «A los 16, todavía no estaba en el primer equipo de Central, y mi padre estaba preocupado», escribió Di María. «Nos sentamos a la mesa una noche, y me dijo: ‘Tienes tres opciones: Puedes venir a trabajar conmigo. Puedes terminar la escuela. O puedes intentarlo un año más en el fútbol. Pero si no funciona, tienes que venir a trabajar conmigo’. No dije nada. Era una situación complicada. Necesitábamos dinero. Fue mi madre quien habló y dijo: ‘Un año más en el fútbol’».

Al final de ese año, ‘El Fideo’ debutó profesionalmente con Rosario Central, bajo la dirección del icónico entrenador Ángel Zof. «Lo vi jugar en los equipos juveniles», escribió el preparador argentino en su autobiografía. «Era delgado, rápido y atrevido. Pensé que sería un buen jugador porque, aunque perdiera el balón, siempre iba hacia adelante. Era audaz, y eso era lo importante». Zof pidió al entrenador de juveniles que Di María entrenara con el primer equipo para ir integrándolo, y le dijo a sus jugadores que le dieran mucho el balón. «En el momento en que pisó el campo, los jugadores con los que soñaba jugar le estaban pasando el balón, una y otra vez», recordó el técnico.

Di María - Real Madrid

Di María celebra un gol con la camiseta del Real Madrid.

A los 17 años, Di María debutó con el primer equipo el 14 de diciembre de 2005. Menos de dos años después, se trasladó al gigante portugués Benfica por 6 millones de euros. En 2008, fue capital en la victoria de Argentina en los Juegos Olímpicos de Pekín junto a Messi y el ‘Kun’ Agüero. Anotó el único gol en la final contra Nigeria y dio comienzo a su ritual de marcar en los momentos importantes. A lo largo de su carrera, Di María jugó en gigantes del fútbol como el Real Madrid, con quien ganó la Champions League en 2014, Manchester United, PSG y Juventus. También se convirtió en una pieza clave de la selección argentina, disputando 145 partidos y anotando más de 31 goles, incluyendo uno en la final del Mundial 2022.

Para todo su éxito, Tomé señala que Di María todavía juega al fútbol con la misma alegría que cuando era niño. «Tenía esa misma magia en el pie izquierdo y esa capacidad de disfrutar cada pase y enseñar a sus compañeros sus trucos», afirma. «Solía celebrar los goles como un loco, ya fueran suyos o de sus compañeros. Ese niño sigue dentro de él». Ahora, años después, Di María se despide de la Albiceleste con la conquista de la Copa América 2024 como su última gran actuación con la selección, dejando un legado a su paso que le encumbra como uno de los más grandes futbolistas de la historia de Argentina.

Ir al contenido