No hay aficionado del Liverpool que no llorase la marcha Klopp. A lo largo de sus años en Anfield, el alemán se convirtió en uno más de la familia. De ahí que doliese tanto su marcha y se observase con tanto recelo la llegada de un nuevo inquilino al banquillo. Sí, Arne Slot venía avalado por su antecesor, pero no era ese alemán con gafas hipsters que encandiló a todo el Merseyside. Era difícil creer en un futuro brillante, y eso que Klopp avisó de que lo bueno estaba por venir. La parroquia red abrazó el pesimismo en vez del legado de su pastor… y se equivocó.
Con la temporada empezada y a expensas de lo que pueda suceder, el Liverpool de Arne Slot va como un tiro. En cosa de mes y medio, suma dos victorias memorables (una en Old Trafford y otra en San Siro), y promete agrandar su historial de conquistas épicas. Y es que, aunque siga ahí, ya no duele tanto recordar a Klopp. Su rock&roll se ha tornado en algo más tranquilo y controlado. El Liverpool, tras tanto tiempo caminando de la mano del alemán, ha aprendido a volar sin él.
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🌟 Old Trafford, San Siro y la consumación de algo nuevo
Pese a que hubo un tropiezo entre medias ante el Nottingham Forest, el Liverpool ha encadenado dos victorias totémicas en dos de las grandes plazas del fútbol europeo. Primero asaltaron Old Trafford con un contundente 0-3, y después hicieron lo propio en San Siro con un 1-3. El equipo de Arne Slot ya conquista como el de Klopp, pero lo hace de una forma diferente. Prácticamente con los mismos jugadores que en la campaña pasada, el neerlandés ha comprendido que su equipo debe apostar más por el control del juego. Ha terminado de construir lo que ya comenzó el alemán hace años. Porque no, el Liverpool hace tiempo que tenía su rock&roll como recurso y no como discurso. Para muestra, un botón: promedian prácticamente la misma posesión por partido que el año pasado.
La cosa está en que, con el nuevo técnico, sus posesiones son más cerebrales. No son tan directos como antaño. Ahí ha sido clave la mano de Slot, ya que siempre fue un entrenador con mucha preferencia por el fútbol de posesión. Ha conseguido cambiar lo que había sin cambiar demasiado, y esta es una gran virtud en el fútbol. Especialmente, claro está, cuando el bloque es casi el mismo que el año pasado. Como quien dice, el nuevo inquilino del banquillo solamente le ha puesto la guinda al proceso. Ha conseguido que el Liverpool, el club que parecía avocado a un vacío existencial, se mantenga prácticamente igual.
⚙️ Mac Allister y Gravenverch como motores del cambio
Dentro del 1-4-2-3-1 del equipo, hay dos futbolistas que han ejemplificado como nadie ese cambio semi-invisible. Mac Allister y Gravenberch, desde la sala de máquinas, son el corazón del equipo. Aunque de primeras pareciesen una pareja de centrocampistas poco usual y de emergencias, han demostrado ser los que mejor han entendido las órdenes de Slot. Mientras que el argentino ha visto retrasada su posición, el compatriota del técnico ha encontrado el hábitat que necesitaba para crecer. Ya no son interiores como con Klopp, sino parte de un doble pivote con mucho criterio para mover el balón. Junto a un Szoboszlai que juega más adelantado, ellos son los que dan sentido al renovado control del juego red.
Sin embargo, esto no es lo mejor. Lo que les ha hecho diferenciales es su forma de robar cuando van hacia delante. Ambos futbolistas son pirañas hambrientas en la presión. No hay más que ver lo que hicieron contra el Manchester United en Old Trafford. En aquella tarde, retiraron a Casemiro de la Premier League. Fueron a por el brasileño sin ningún tipo de piedad, y en torno a sus robos se edificó la victoria. Sumaron siete recuperaciones en campo contrario, lo que propiciaron los ataques verticales que rompieron a los mancunianos. Han demostrado que quizás no son los idóneos para defender cerca de su propia área, pero que son una pareja de élite para robar y salir. Su elección es la primera gran victoria de Slot desde la pizarra.
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💭 ¿Le dará a Arne Slot para algo más grande?
La pregunta del millón es si le dará a este Liverpool para algo más. Por mucho que la transición haya salido bien, hay heridas abiertas del pasado que aún no han cerrado. Pese a su buen arranque, el Liverpool se cayó al final de la temporada pasada con todo el equipo. En cuestión de un mes, perdieron la opción de ganar tres títulos. Por ello, aún no quieren escuchar nada relativo a la pelea por el título. Si siguen así, ya se verá. Como siempre dice Simeone, a los de Slot les toca ir partido a partido. El resto, por el momento, son inventos que se crean lejos de las puertas de la casa del Liverpool.
No obstante, es de justicia admitir que han olvidado a Klopp en tiempo récord. Ni la derrota contra el Nottingham Forest ha hecho por tambalear un proyecto que acaba de nacer, y que, si todo acompaña, perdurará mucho en el tiempo. Slot, en ese sentido, ya ha ganado. Ha conseguido que no duela tanto pensar en uno de los mejores entrenadores de la historia del club. Es más: ha dignificado su legado, ese que quedó tan tocado a finales de la campaña pasada. Pase lo que pase, es innegable que el Liverpool ha quedado en buenas manos.