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El Arsenal obliga al Real Madrid a un imposible en el Bernabéu

El Real Madrid sufrió una de sus noches más negras en Europa al caer de manera contundente en el Emirates Stadium ante un Arsenal que fue superior en todos los aspectos. Los de Arteta firmaron una actuación brillante, especialmente a partir del golazo de Declan Rice que dinamitó el partido y dejó a los blancos al borde del KO en la eliminatoria. El equipo de Ancelotti, plano y superado, dejó una imagen preocupante en un duelo donde apenas compitió en la segunda parte.

El primer acto fue engañoso. A pesar de su discreto nivel, el Madrid logró mantener el orden y contener los ataques ingleses, que tardaron en encontrar la manera de hacer daño. La zaga blanca, muy junta y solidaria, contuvo bien a los locales durante casi toda la primera mitad. Vinicius y Mbappé, con alguna chispa aislada, inquietaron levemente a un Arsenal que mostró dudas en la salida.

Sin embargo, justo antes del descanso, los ‘gunners’ comenzaron a carburar. Saka empezó a desbordar, Odegaard encontró espacios y Courtois tuvo que aparecer en un par de ocasiones para sostener al Madrid. Aun así, el 0-0 al descanso parecía un resultado justo y dejaba todo abierto.

Pero tras el paso por vestuarios, el Arsenal dio un paso al frente. El Madrid, en cambio, se deshizo. El primer mazazo llegó en forma de golpeo perfecto de Rice en una falta frontal que voló hacia la escuadra. A partir de ahí, todo fue cuesta abajo para los de Ancelotti. Sin reacción ni desde el campo ni desde el banquillo, el equipo se mostró desbordado, impotente, perdido.

Martinelli y Merino fueron puñales constantes en los últimos metros, y el segundo tanto llegó tras un barullo en el área que el propio Rice transformó en oro. El tercero, obra de Merino tras una gran asistencia de Lewis-Skelly, terminó por sellar la goleada. Los cambios del Madrid apenas alteraron el guion: el equipo siguió sin ideas, sin intensidad y sin colmillo. El Emirates, entregado a su equipo, celebró el baño con una sonora ovación.

El 3-0 final deja al conjunto blanco ante una misión casi imposible en la vuelta. Más allá del resultado, preocupa el desplome anímico y futbolístico de un Madrid sin alma ni fútbol. La Champions exige mucho más. Y anoche, los de Ancelotti no estuvieron ni cerca.

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