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⚽ Champions League

El Barça cae con honor en un duelo inolvidable ante el Inter

En una noche que quedará grabada en la historia reciente de la Champions, el Barcelona cayó con orgullo tras un enfrentamiento épico ante el Inter de Milán. El conjunto blaugrana rozó la gesta en San Siro, pero acabó sucumbiendo en la prórroga ante un rival empujado por su gente y con un Sommer imperial que frustró, una y otra vez, a un Lamine Yamal absolutamente desatado.

Hansi Flick volvió a apostar por sus principios futbolísticos: salida limpia desde atrás, valentía y confianza en los jóvenes. Así, repitieron en el eje de la zaga Iñigo Martínez y el prometedor Cubarsí, y Gerard Martín, en un salto meteórico desde el fútbol modesto al escaparate europeo, volvió a responder con una actuación sobresaliente.

Por su parte, Inzaghi tampoco traicionó su libreto. Los teatrillos sobre el estado físico de sus jugadores fueron humo. Lautaro, que llegaba “entre algodones”, fue titular, marcó y provocó un penalti. Puro colmillo competitivo.

El Inter, superior hasta el descanso

El Inter fue dueño de la primera mitad. Supo contener los primeros fogonazos de Lamine Yamal —que recibió con dureza, bajo la mirada permisiva de Marciniak— y luego apretó el acelerador. Un error de Dani Olmo en la salida permitió el 1-0, y antes del descanso, Lautaro forzó un penalti que Çalhanoglu convirtió con sangre fría. El Barça, aturdido, se iba al descanso con dos goles en contra y la montaña por escalar.

Reacción del Barça

Sin cambios al volver de vestuarios, Flick confió en el mismo once. Y la fe dio frutos. Eric García recortó distancias con un testarazo, y poco después, Dani Olmo se redimió con otro cabezazo certero que igualaba el marcador. A partir de ahí, el Barça fue un vendaval. El Inter no encontraba respiro y Yamal, eléctrico, obligaba a cambios defensivos que tampoco lo frenaban.

En el 88’, Raphinha cazó un rechace de Sommer y firmó el 2-3 que parecía definitivo. Pero el fútbol, caprichoso, tenía guardado otro giro. En el tiempo añadido, Yamal estrelló un disparo en el poste y, acto seguido, Acerbi empató tras un balón suelto en el área. La prórroga fue una cuestión de nervios. Frattesi dio el golpe final y Sommer, omnipresente, detuvo todo lo que se acercó. Yamal, incansable, firmó otra noche mágica, aunque esta vez sin premio.

Fue un partido salvaje, emocionante, y aunque el marcador diga otra cosa, el Barça se marchó de Milán con la cabeza alta y un futuro brillante por delante. El Inter avanzó, sí, pero el Barça, y especialmente Yamal, ganaron respeto.

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