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⚽ Champions League

El primer sueño europeo del Girona se cuela entre las piernas de Gazzaniga

En una noche que quedará grabada en la memoria colectiva de Girona, el equipo catalán vivió su bautismo en la Champions League con una mezcla de orgullo y dolor. El Parque de los Príncipes fue testigo de una actuación valiente del conjunto de Míchel Sánchez, que finalmente sucumbió ante el PSG de Luis Enrique por un cruel 1-0 en el último suspiro del encuentro. Cruel, porque, tras salvar lo insalvable, Gazzaniga, que se había postulado en solitario como el único candidato al MVP del partido, se tragó entre las piernas un centro ligeramente desviado de Nuno Mendes que apenas trasladaba peligro al área del Girona. Una desgracia en toda regla que coronaba una noche de agonía.

Girona

😩 El Girona aguantó… hasta casi el final

Desde el pitido inicial, el Girona demostró que no había viajado a París como mero espectador. Con una estrategia basada en el control y la disciplina táctica, los blanc-i-vermells consiguieron contener las embestidas iniciales de un PSG ansioso por imponer su ley en casa. El plan de Míchel funcionaba: secar los ataques locales y buscar salidas rápidas para sorprender a la defensa parisina.

El primer acto fue un duelo de ajedrez táctico. Luis Enrique, obligado a reemplazar a un Marco Asensio tocado por Randal Kolo Muani, vio cómo sus pupilos se estrellaban una y otra vez contra el muro catalán. Mientras tanto, el Girona, con Bryan Gil como estandarte, no renunciaba a sus incursiones ofensivas, aunque sin lograr inquietar seriamente a Donnarumma. Pero, poco a poco, los de Míchel empezaron a tener el balón. Luis Enrique, al término del duelo que calificó como un “parto”, por la necesidad imperiosa de los parisinos de ganar este primer envite consecuencia del complicado sorteo europeo, también confesó sentirse en un “rondito” de los jugadores del Girona.

🧤 De héroe a villano, en un visto y no visto

Sin embargo, el fútbol, en su infinita crueldad, tenía reservado un final dramático. Cuando el reloj marcaba el último minuto del tiempo añadido, al que el Girona logró llegar con la lengua fuera y sus suplentes desorientados por el campo, tras escapar de varios match-balls de Dembélé o Hakimi, un centro aparentemente inofensivo de Nuno Mendes se convirtió en pesadilla. El leve toque de Alejandro Francés descolocó a Gazzaniga, que vio impotente cómo el balón se colaba entre sus piernas para sellar el 1-0 definitivo. Un jarro de agua fría. Helada.

El gol en propia puerta de Gazzaniga fue un golpe devastador para un equipo que había rozado la hazaña. De héroe a villano en cuestión de segundos, el portero argentino encarnó la cruel paradoja de una noche que pasará a la historia del Girona por motivos agridulces.

Pese a la derrota, la noche del 18 de septiembre de 2024 quedará grabada en la memoria de la afición catalana como el día en que su equipo plantó cara a uno de los grandes de Europa. El Girona se marcha de París con la cabeza alta. Su debut en la máxima competición europea estuvo a la altura de las expectativas, demostrando que tiene argumentos para competir contra los gigantes del continente. La imagen ofrecida, de equipo sólido y valiente, augura un futuro prometedor en esta aventura europea.

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