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⚽ Champions League

El Real Madrid sobrevive en los penaltis a un Atlético conformista

El Real Madrid lo ha vuelto a hacer. En un partido de emociones extremas, prórroga agónica y una tanda de penaltis no apta para cardiacos, los de Ancelotti se impusieron al Atlético de Madrid y certificaron su pase a los cuartos de final de la Liga de Campeones. En una batalla que rozó lo irracional, con un esfuerzo sobrehumano de ambos equipos, la balanza se inclinó, como tantas veces, del lado blanco.

El derbi comenzó con un mazazo para el Madrid. Apenas 28 segundos de partido y el Atlético ya había nivelado la eliminatoria. Julián, tras una gran acción colectiva, asistido por De Paul, batía a Courtois y silenciaba el Bernabéu. Un golpe durísimo que auguraba una noche complicada para los locales. El equipo de Simeone, bien plantado, cerraba las líneas de pase y dejaba sin espacios a un Madrid impotente. Reinildo secó a Rodrygo, Gallagher aportó equilibrio en el medio y De Paul dictó la pauta.

El Atleti, en su mejor versión, rozó el segundo. Courtois sostuvo a los suyos con paradas salvadoras, especialmente ante Julián y Griezmann. Mientras tanto, el Madrid naufragaba en la medular, con Bellingham desconectado y Vinicius lejos de su mejor nivel. Ni siquiera el descanso sirvió para despertar a los de Ancelotti, que seguían sin respuesta ante la intensidad rojiblanca. Pero el desgaste pasó factura al Atlético y, poco a poco, el Madrid fue ganando terreno. Un penalti claro sobre Mbappé pudo cambiar el destino del partido, pero Vinicius erró el lanzamiento enviando el balón por encima del larguero.

Prórroga, penaltis, y victoria del Real Madrid

Simeone, convencido de que la prórroga era inevitable, dosificó sus cambios y, en el último suspiro, Correa tuvo el pase en sus botas. Un control exquisito y una volea que rozó el travesaño. La eliminatoria se alargó 30 minutos más y la tensión se disparó. Sin fuerzas, pero con el corazón por bandera, ambos equipos lo dejaron todo en el césped. Correa volvió a acariciar el gol, pero esta vez su decisión no fue la mejor. El Metropolitano vibraba con su equipo, pero el desenlace sería cruel para los colchoneros.

La tanda de penaltis fue un carrusel de emociones. Julián marcó, pero un resbalón provocó un doble toque y su gol fue anulado. Lucas falló y Llorente estrelló su disparo en el larguero. En el penalti decisivo, Rüdiger lanzó al centro. Oblak tocó el balón, pero no pudo evitar que se colara en la red. Una vez más, el Real Madrid sobrevivió a lo imposible y eliminó a su eterno rival europeo.

El Atlético mereció más, pero el Madrid, con su inquebrantable ADN competitivo, encontró el camino a cuartos. Otra página más en la leyenda blanca, otra noche cruel para el equipo de Simeone. Así es la Champions, así es el Real Madrid.

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