El mundo del fútbol está de luto. Sven-Göran Eriksson, el icónico entrenador sueco que se convirtió en el primer técnico extranjero en dirigir a la selección inglesa, ha fallecido a los 76 años. Su partida marca el final de una era en el fútbol internacional. Eriksson, que reveló en enero de 2024 que padecía un cáncer terminal de páncreas, se despidió del mundo rodeado de su familia en su casa en Suecia. Su agente, Bo Gustavsson, confirmó la noticia y solicitó privacidad para la familia en estos momentos difíciles.
Eriksson, una leyenda eterna
La carrera de Eriksson abarcó más de cuatro décadas, durante las cuales acumuló un impresionante palmarés de 18 trofeos. Desde sus humildes inicios en el Degerfors IF hasta sus éxitos en clubes de élite como el IFK Göteborg, Benfica, Roma, Sampdoria y Lazio, Eriksson dejó una huella indeleble en cada equipo que dirigió.
Su nombramiento como seleccionador de Inglaterra en 2001 fue un hito histórico, aunque no exento de controversia. A pesar de las críticas iniciales por su nacionalidad, Eriksson respondió con resultados, como la memorable victoria por 5-1 sobre Alemania en Múnich. Bajo su dirección, Inglaterra alcanzó los cuartos de final en tres torneos importantes consecutivos, un logro que, aunque criticado por algunos como insuficiente para la “generación dorada”, representó una consistencia que el equipo no había experimentado en décadas.
La vida personal de Eriksson a menudo eclipsó sus logros profesionales, con sus relaciones románticas frecuentemente en el centro de la atención mediática. Él mismo lamentó la mezcla de su vida privada y profesional, considerándola “muy mala” para su carrera. Tras su etapa en Inglaterra, Eriksson continuó su carrera en diversos clubes y selecciones, incluyendo Manchester City, Leicester, México y Filipinas. En marzo de 2024, cumplió un sueño de infancia al dirigir al Liverpool en un partido benéfico en Anfield, describiéndolo como “un día hermoso”.
El legado de Eriksson va más allá de los trofeos y estadísticas. Su estilo calmado y su enfoque táctico innovador influyeron en una generación de entrenadores. Además, su habilidad para manejar personalidades diversas y su diplomacia en situaciones de alta presión lo convirtieron en un modelo a seguir en el mundo del fútbol.
En sus últimos días, Eriksson mostró el mismo humor y dignidad que le caracterizaron durante toda su carrera. “No estén tristes, sonrían. Gracias por todo, entrenadores, jugadores, aficionados; ha sido fantástico. Cuídense y cuiden su vida. Y vívanla. Adiós”, dijo en un documental.
El fútbol ha perdido a uno de sus grandes estrategas, pero el legado de Eriksson perdurará en la memoria de todos. Su visión del juego, su ética profesional y su capacidad para inspirar a aquellos que le rodearon, convierten al sueco en una figura inolvidable en la historia del deporte rey.
Descanse en paz, Sven-Göran Eriksson. El fútbol te está eternamente agradecido.