Florencia es, por derecho propio, una de las ciudades más importantes de la Historia del Arte. Y por qué no decirlo, tiene argumentos de sobra para ser la primera por delante de Roma. Su impacto cultural es indudable, siendo la casa del Renacimiento. Es el símbolo de hasta donde puede llegar el talento humano si tiene medios para explotar su talento artístico. Los Médici fueron los impulsores de esta revolución artística, haciendo de la ciudad el hogar de grandes genios como Leonardo Da Vinci, Miguel Ángel o Filippo Brunelleschi. Ellos son los que llevaron al Ser Humano a un nuevo nacimiento, dándole su nombre al movimiento. Ahora, varios siglos después, un artista incomprendido llega a la ciudad para renacer. Arthur Melo, después de demasiado tiempo dando tumbos, puede echar raíces en la Fiorentina.
⚖️ El peso de ser el nuevo Xavi
Arthur Melo se dio a conocer al mundo con el Gremio que ganó la Copa Libertadores en 2017. El Barça no dudó, y fue el más rápido en llevarse al menudo centrocampista. En él veían al relevo natural de Xavi Hernández, pues sus condiciones eran similares. Tendría que superar el siempre complicado salto del fútbol sudamericano hacia un transatlántico europeo, pero nadie dudaba de su talento. Arthur podía ser el sucesor del centrocampista que marcó el estilo de la época más gloriosa del club. Ahí es nada. Quizás fue por esa presión o por las turbulencias por las que atravesaba aquel Barça que sin saberlo se estaba despidiendo de Messi, pero nunca llegó a rendir como se esperaba en la Ciudad Condal.
En sus partidos como titular se perdía en los pases de seguridad, abusando de ellos y desesperando a su afición. El Barça, en el famoso verano del fax del atacante argentino pidiendo salir, estaba en una situación muy precaria por la pandemia. Necesitaban vender, y los ojos fueron de inmediato sobre el brasileño. Tenía un buen valor de mercado, así como que no era tan importante para la plantilla pese a que su calidad era evidente. Haciendo una jugarreta con la Juventus para cuadrar cuentas con ambos clubes, le intercambiaron por Miralem Pjanic. En Turín, teóricamente, se debería haber quitado esa presión por ser el nuevo Xavi, pero tampoco fue así. A esta etapa se le sumaron las lesiones, finalizando con una cesión al Liverpool en el último día de mercado. Jugó trece minutos en Champions League y no llegó a debutar en Premier. Parecía que a Arthur se le había apagado la magia demasiado pronto.
🔚 La última oportunidad para el brasileño
Visto que había jugado más con el filial de los reds que con el primer equipo, la Juventus tenía un papelón con el futbolista para este verano. Difícilmente tendría equipos interesados para apostar por un jugador al que aún le quedan tres años de contrato, y ellos evidentemente no lo querían allí. Si bien el fútbol saudí era una opción visto lo visto en el pasado mercado, Arthur sabía que le debía algo a este deporte en el Viejo Continente. No había crecido con potencial de superestrella en su país como para acabar su carrera europea a los 27 años. Entonces, como si fuese arte de la magia que él exhibió antaño con el balón, apareció la Fiorentina. Era el destino ideal, teniendo menos presión que en uno de los grandes de Europa, pero en una grandísima ciudad y dentro de un buen equipo de una liga competitiva. La última oportunidad de Arthur debía ser la buena.
Su inicio de temporada, de momento, no ha defraudado. Ha sido titular en las tres primeras jornadas de Serie A, sumando una asistencia y un sobresaliente 93% de acierto de pase. Visto de donde viene con lo sucedido en Anfield, es evidente que es un paso adelante. Desde el doble pivote, resguardado habitualmente por un compañero que supla sus carencias físicas, Arthur es el encargado de la creación de juego del conjunto viola. Si sigue así, cogiendo confianza en su juego, puede ser un activo valiosísimo para los toscanos. Y es que, a sus 27 años recién cumplidos, está en una edad idónea para los centrocampistas. A medida que se acercan a la treintena, su juego coge poso y ganan en jerarquía, erigiéndose como auténticos mariscales. En clave del equipo, es una noticia tremenda que su apuesta por él haya empezado así. Si ejecutan su opción de compra, obtendrán muchas papeletas para que el brasileño pase sus mejores años observando el fútbol desde lo alto de Santa María di Fiore.
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💭 ¿Con tiempo para volver a lo más alto?
La duda que queda si sigue con este buen rendimiento es cual será su siguiente paso. Si Arthur mantiene el nivel, que por talento debería, las ofertas no le van a faltar. Eso sí, tendrían que negociar con la Fiorentina. Por ello, todo queda reducido a lo que hará por su arte. Quizás en Florencia ya no se cobre tan bien como con los Médici, pero sí es la ciudad que parece entender mejor su arte. Y visto su espíritu artístico lo mejor para este nuevo Arthur sería quedarse en la cuna del Renacimiento. Ni Da Vinci ni Brunelleschi empezaron siendo grandes desde el inicio, pues todos los genios han sido incomprendidos en algún momento. Eso sí, todo se sigue resumiendo en lo mismo: o mantiene su rendimiento o deberá dejar la ciudad como otro artista fracasado más.