GRAVENBERCH SELECCION
⚽ Fútbol internacional

Gravenberch, la última víctima del conflicto entre clubes y federaciones

Ryan Gravenberch llegó al Liverpool en el último día de mercado. Pese a que los reds necesitaban otro centrocampista más para sustituir a Fabinho, no se pudo dar este fichaje hasta el final. El joven neerlandés, consciente de que los primeros pasos con Klopp siempre son complicados, tomó una decisión peculiar: rechazar su convocatoria con la selección de Países Bajos. Visto que podría aprovechar la semana de entrenamientos durante el parón de septiembre, quería quedarse en Liverpool. Koeman no tardó en salir para criticar su decisión. «No estamos contentos con que Ryan Gravenberch se niegue a jugar con su país», afirmó. Ya teníamos listo el nuevo capítulo de la batalla entre clubes y selecciones.

⚽​ Gravenberch y su sinceridad con la selección

Esta decisión de Gravenberch es sorprendente por exponer con tanta franqueza sus argumentos. Y es que, en medio del conflicto que tienen clubes y selecciones, los jugadores están entre medias. No quieren quedar mal con nadie por la cuenta que les trae. Generalmente, recibir esta convocatoria es un motivo de enorme orgullo para el futbolista. Sin embargo, existen excepciones entre los mejores futbolistas del mundo. Ir con la selección supone viajar y tener una mayor carga de partidos, y esto es un problema dentro de un calendario cada vez más sobrepoblado y exigente. Muchas veces se alargan los problemas físicos o se disfrazan las ausencias con molestias, teniendo que llegar hasta ese extremo para rechazar algo tan grande. Es una situación complicada para ellos.

Son muy pocas las ocasiones en las que un futbolista rechaza la convocatoria. Estas suelen ir más por despecho que por esa sinceridad de Gravenberch, encontrando un ejemplo claro en la misma selección de Países Bajos. Jeremie Frimpong rechazó, por ejemplo, ir con la sub-21 de la oranje porque Koeman no le convocó con la absoluta. Conociendo el carácter del ex entrenador del Barça, el lío estaba servido. Y es que, cuando sucede esto, se habla mucho del honor y el patriotismo. Rechazar una llamada del combinado nacional es como darle la espalda a los tuyos cuando te necesitan, más aún en este parón (se juegan partidos de clasificación a la Eurocopa de 2024). Borrarse, ya sea por unos supuestos problemas físicos o por intentar integrarte en tu nuevo club, es algo que está tremendamente mal visto. Puede suponer el final de la carrera internacional de un futbolista, dando de lado a ese mayor estatus al que acceden cuando son llamados con la absoluta.

Gravenberch Liverpool Selección

Gravenberch llegó el último día de mercado al Liverpool y no quiere perder el tiempo.

💭​ ¿La posición de los clubes es razonable?

Los clubes, como es obvio, no quieren arriesgarse a que jugadores importantes se lesionen en partidos en los que no está en juego nada suyo. Al fin y al cabo, son empresas que ceden a sus empleados. Ya sea para una selección en particular o para un all-star, es algo que no gusta. No por nada ponen cláusulas tan restrictivas respecto a que pueden y no pueden hacer fuera del campo, tratando de evitar esos prejuicios. Ellos son los que pagan el sueldo al futbolista, y este es considerable teniendo en cuenta que el jugador en cuestión es internacional. Así como los jugadores ven como cada vez tienen un calendario más cargado, los equipos siguen ese mismo mantra. Sin comerlo ni beberlo pueden ver como regresa con molestias un futbolista importante por jugar con otra camiseta. Es comprensible que esto sea incómodo para ellos.

¿Cuántas vueltas al mundo da un futbolista para jugar con su selección?

El futbolista en cuestión debería tener exclusividad con el club y no con la selección, que para eso le pagan. Esto es verdad, pero a medias. La selección también suele suponer unos ingresos para estos futbolistas, además de que aumentan el caché del jugador. Y, por consiguiente, lo hacen por el club. A la hora de cerrar acuerdos de patrocinio, esto es un factor decisivo para que salgan adelante, así como para obtener mayores beneficios. Al final, aunque se molesten, tienen que saber convivir unos con los otros. Quizás dejar marchar a un futbolista sea complicado en un momento específico, pero puede acabar reportando beneficios de otra manera. O así como Gravenberch, que venía de apenas tener minutos en el Bayern y quería aclimatarse al Liverpool, quedarse en casa puede ayudarle a alcanzar un mejor rendimiento y favorecer a la selección de Países Bajos en el futuro. Son dos caras de la misma moneda.

🌍​ El caso de los futbolistas africanos

Dentro de esta difícil relación hay unos futbolistas internacionales que rizan el rizo aún más. Tanto que dentro de ese balance por conveniencia comentado en el párrafo anterior, hace que se plantee el resto del tablero. Los futbolistas africanos juntan los puntos más polémicos de esta disputa entre clubes y federaciones: suelen tener que hacer viajes muy largos, las condiciones no son las mejores y su calendario es el peor con diferencia.

La Copa África se juega, generalmente, a principios de año para sortear las altas temperaturas, pillando en medio del calendario europeo. Por irse a la concentración de su selección y jugar el torneo, el jugador puede estar en fuera de juego para su club por varias semanas. Y esto, claro, mientras continúa el fútbol de clubes. Iñaki Williams, que ha comenzado a ser convocado con Ghana, puede estar más de un mes sin jugar con el Athletic Club. Esto es, se mire por donde se mire, una problemática tremenda. La cosa es que, tal y como sucede en el fútbol europeo, el club y la selección en cuestión tienen que tenderse la mano. Están, por suerte o por desgracia, condenados a entenderse.

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