El Bayer Leverkusen ha vuelto a demostrar por qué se ha convertido en el equipo más temido de Alemania. En un emocionante encuentro por la Supercopa alemana, los pupilos de Xabi Alonso se impusieron al Stuttgart en la tanda de penaltis y extendieron así su impresionante racha de imbatibilidad en competiciones domésticas. Una racha que se remonta a mayo de 2023, compuesta de 53 partidos —solo perdieron la Europa League ante la Atalanta— y que sigue más viva que nunca, por más que parezca que siempre está a punto de terminar, para recordar a todos sus rivales que las gestas pasadas tuvieron poco de casualidad y que el Bayer Leverkusen es el rival a batir presente y futuro en el fútbol alemán.
🔪 El Sttutgart, la primera víctima del curso
El partido de Supercopa, el primero de la temporada, fue una muestra perfecta de la capacidad de resistencia, resiliencia, fe y determinación que caracterizan al que ya puede considerarse como un equipo de culto de la presente generación. El Bayer Leverkusen de Xabi Alonso nunca moría el curso pasado y sigue sin morir. Frente al Sttutgart, a pesar de comenzar en ventaja en el marcador gracias a un gol tempranero de su goleador Victor Boniface, el equipo se vio en desventaja numérica tras la expulsión de Martin Terrier en su debut. El francés, que llegó del Stade Rennes a cambio de 20 millones, complicó, tal como le gusta a Xabi, la faena inaugural del curso, con una inmediata expulsión que le puso el juego en modo difícil al equipo de la aspirina.
El Stuttgart, un rival formidable, liderado por Enzo Millot, que venía de arrasar y lucirse en los Juegos Olímpicos de París, no dio tregua en ningún momento, presionó, insistió, mantuvo la precisión y logró dar vuelta el marcador. La victoria estaba cerca. La leyenda del inmortal Leverkusen no había tardado ni una mísera temporada en caer. Sin embargo, el Leverkusen demostró una vez más por qué se ha ganado la reputación de ser un equipo que nunca se rinde, que nunca cae, al que nunca nadie, ningún rival, por ventaja en el marcador o numérica que tenga sobre el campo, puede dar la victoria por sentada. Influyeron, por supuesto, los cambios estratégicos de Alonso, como la entrada de figuras clave de la talla de Florian Wirtz y Patrick Schick, y el subidón de ánimo y energía que recibió el equipo una vez encontró la forma de igualar el marcador a tan solo dos minutos del final del tiempo reglamentario.
⛲️ El Leverkusen es «un equipo inmortal»
Lo que hace único a este Leverkusen no es solo su capacidad para ganar, su estilo, su juego, su belleza o su capacidad para divertir, entretener o hacer vibrar, sino la manera y forma en las que todos estos aspectos se producen al mismo tiempo. Juegan cada partido como si fuera una final, sin importar el contexto o la importancia aparente del encuentro. Esta mentalidad, que podría parecer insostenible a largo plazo, que de hecho nadie creía que podría pasar de tendencia pasajera, se ha convertido en un sello distintivo de su carácter, identidad y competitivas y, por supuesto, una de las razones principales de su éxito continuo. A diferencia de otros campeones que pretenden dosificarse a lo largo de la temporada, el Leverkusen parece incapaz de bajar la intensidad. Una actitud que ha llevado a los de Xabi a protagonizar remontadas épicas semanales y a mantener una racha de invicto que desafió y promete seguir haciéndolo toda lógica futbolística.
El desafío ahora para Xabi Alonso y su equipo será mantener este nivel de intensidad y rendimiento en una temporada en la que tendrán que exponerse no solo en la Bundesliga, sino también en la nueva y extenuante Champions League. Pueda el Leverkusen mantener esta increíble forma o finalmente termine cediendo ante la presión, el Bayer Leverkusen se ha convertido en mucho más que un simple equipo de fútbol: el equipo de Xabi es un fenómeno que desafía la lógica, un grupo obsesionado por ganar, que jamás baja los brazos. El resto de Europa observa con asombro cómo Leverkusen sigue escribiendo su propia leyenda. La Supercopa es un indicio de lo que está por venir. El fútbol alemán — y el europeo—deberían prepararse para otra temporada de emociones fuertes y hazañas imposibles de la mano de Xabi Alonso y la imparable máquina en la que se ha transformado el Bayer Leverkusen.