El Atlético de Madrid sigue sumando puntos de cara a su candidatura al título de liga. En el fin de semana del clásico del fútbol español, los de Simeone han vencido al Alavés (2-1) para adelantar al Barça en la tabla y seguir la estela del Real Madrid. Y, para echarle más leña al fuego, el triunfo supone su racha más larga de victorias como local. El estado de felicidad sigue estando presente en el Metropolitano.
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— Atlético de Madrid (@Atleti) October 29, 2023
🌟 Los beneficios del clásico repercuten en el Atlético
El Atlético de Madrid siempre es el gran olvidado en la semana del Clásico de la liga española. Si chocan Real Madrid y Barcelona, lo demás importa menos. Lo bueno para los rojiblancos es que así, a la sombra de esta rivalidad legendaria, están cómodos. Siempre acaban sacando beneficio de sus batallas, por lo que tocaba cumplir en su compromiso para amplificar esas ganancias. Los de Simeone, aparentemente ignorantes de lo que había sucedido en Montjuic, estaban obligados a ganar al Alavés ante su público. Los vascos, que sí se mostraban más conscientes con lo que había sucedido en este fin de semana, sabían que iba a tocar sufrir.
Como no podía ser de otra manera con este Atlético de Madrid, este que ha usado el cemento de antaño para construir el escenario de una banda de rock&roll, el campo comenzó volcado hacia la portería de Antonio Sivera. Era un bombardeo continuo, por lo que el gol estaba al caer. En uno de los centros que volaban hacia el área, Rodrigo Riquelme controló el esférico. Tal y como hacen los muy buenos, paró el tiempo, recortó y definió. Ahí estaba el 1-0, dando lugar a la complacencia rojiblanca.
Cuando parecía que el Alavés se despegaba de su área, Morata castigó su osadía al filo del descanso con el segundo gol de la noche. Salvo milagro visitante, ya habían hecho los deberes en el fin de semana del Clásico.
🔝 La tranquilidad del trabajo bien hecho
La segunda mitad estaba hecha para disfrutar. Con un partido menos que sus principales rivales, tenían casi cerrada la victoria que les colocaba por delante del Barça y con la posibilidad de igualar los puntos del Real Madrid. Sin dejar de competir, era comprensible el parón del Atlético de Madrid en el partido. No hacía falta forzar, pues estaban muy cómodos en ese punto sombrío lejos del Clásico. El nivel de confianza del que gozaban era enorme, pues con esta versión a medio gas parecía imposible que el Alavés les robase el triunfo. El Atlético de Madrid de Simeone puede salir del cemento, pero el cemento no saldrá nunca de ellos.
Así, poco a poco y sin hacer más ruido del necesario, el tiempo fue cumpliendo su cometido. Ni el tardío gol de Guevara iba a amargarle la noche a los rojiblancos. El pitido final decretó la decimoquinta victoria consecutiva que lograban los locales en el Metropolitano. La cifra, que se cuela en los libros de historia del Atlético de Madrid como su racha más longeva ante los suyos, habla bien de las virtudes de este equipo. En su casa, sin hacer ruido, siempre hacen su trabajo. Ya están ahí, entre Barcelona y Madrid, para dar la sorpresa en mayo a aquellos que les perdieron de vista. Igual se van con las manos vacías, pero ya están comprando papeletas para que no sea así. Porque la suerte, más que llegar por decisión divina, en el Metropolitano se trabaja partido a partido.