En un Montjuïc que registró la peor entrada de la temporada, João Félix ha vuelto a hacer buena la ley del ex. El Barcelona ha vencido al Atlético de Madrid (1-0) gracias a un solitario gol del luso. Con este triunfo ante un rival directo, los de Xavi Hernández salen airosos de un duelo clave para que no aumentase la brecha con Girona y Real Madrid en la lucha por el título.
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— FC Barcelona (@FCBarcelona) December 3, 2023
✨ João Félix hizo lo que se esperaba de él
Hay situaciones que están escritas antes de que sucedan. Una de ellas era el gol de João Félix ante el Atlético de Madrid, y sus antiguos compañeros ya lo sabían. A excepción del saludo cómplice con Rodrigo De Paul, su reencuentro antes del choque fue frío. El Barcelona, en cambio, salió caliente. Mientras que los rojiblancos estaban pensando en lo que iba a suceder, ellos fueron directos a la yugular de sus rivales. Como hace tiempo que no se vivía en Montjuïc, los de Xavi Hernández fluían en ataque. Y, entre todos, Raphinha era el mejor. Él era el nubarrón que precedía a esa tormenta perfecta que culminaría João Félix.
Era increíble que el Barcelona no fuese ganando ese partido. Lo único que podía explicarlo es que era una nueva demostración de que el encuentro estaba guionizado. Solo podía resolver esa tensión dramática João Félix, obviamente. El portugués, cuando Raphinha comenzó la diagonal desde el lado contrario, olió sangre. Ejecutó su desmarque y batió a Oblak para abrir el marcador. Como no, lo celebró delante de la que fue su afición. «Esto es lo que os habéis perdido», tuvo que pensar. Había golpeado el balón con una suavidad inversamente proporcional a la dureza con la que había herido el orgullo del Atlético de Madrid.
🧱 Iñaki Peña, el otro héroe del Barcelona
El malestar de Simeone con su equipo se hizo aún más evidente tras el descanso. Hizo tres cambios, señalando a Molina (falló en el gol de João Félix), Giménez (con una amarilla provocada por el luso) y a Riquelme (no le pasó nada con su excompañero, pero estaría molesto igual). No funcionaron de primeras, sino que solamente aumentaron el nivel de tensión cada vez que el ’14’ del Barcelona tocaba el balón. Los de Xavi Hernández, mientras unos y otros guerreaban, seguían a lo suyo. De Jong, Gündogan y Pedri le daban sentido al juego de los suyos. Tras las malas semanas de juego que arrastraba el Barça, ellos eran un oasis en medio del desierto.
El Atlético de Madrid tardó, pero terminó mejorando en la segunda parte.
Por desgracia para el Barcelona, no les quedaba demasiado tiempo de disfrute en ese remanso de paz. Raphinha estrelló un balón contra el palo, y el Atlético de Madrid despertó. La mejor forma de fastidiar a João Félix no era demostrarle con faltas el cariño que le guardaban, sino con una victoria en su nueva casa. Eso sí que sería el auténtico «esto es lo que te has perdido». Del control se pasó al correcalles, más entretenido para el espectador neutral y menos agradable en los banquillos. Especialmente en el de Xavi Hernández, pues Simeone no tardó en hacer los dos cambios que le quedaban. Abandonó su sistema de tres centrales y abrazó el 1-4-4-2. La guerra sumaba un nuevo frente.
Si al Barcelona le faltaban piernas para aguantar el ritmo del partido con el paso de los minutos, el Atlético no paraba de crecer. Con João Félix, que había sido sustituido, ya solo estaban enfocados en ganar. Ahí apareció un héroe inesperado. Iñaki Peña iba a ser igual de decisivo que el delantero luso en el área contraria. Primero fue con un vuelo sin moto a un disparo de Memphis, y luego, en el descuento, con una parada digna de Ter Stegen a un remate de Correa. Por muy cantado que estuviese el desenlace de esta batalla en Montjuïc, los caminos del fútbol siempre dejan alguna sorpresa. Esta vez, la venganza de João Félix no solo le sirvió a él, sino a su equipo. Y eso no entraba en el guion cuando se escribió toda esta historia.
