Esta vez el Barcelona no pudo contra los fantasmas del pasado. De nuevo, el vigente campeón comenzó con la guardia baja y se vio obligado a remontar, lejos de sus mejores sensaciones. Vedat Muriqi abrió la lata en los primeros minutos y, aunque Raphinha descontó media hora después, los locales volvieron a marcar un gol psicológico al filo del descanso. Fue Abdón Prats, que no contento con anotar un doblete el sábado en Girona, aprovechó otra brillante prolongación del kosovar para castigar al Barça cuando mejor estaba. Se rozó la épica visitante, una vez más; canteranos al poder. Aunque no se completó. Lamine Yamal agitó y Fermín López marcó el 2-2 definitivo, su primer tanto en primera división.
🔪 Todo el peligro, en jugadas aisladas
Esta situación propició en el primer periodo que el equipo de Javier Aguirre se fuese ganando al descanso, con más acierto en las áreas que el Barcelona. Como cabría esperar, más aún por verse arriba en el luminoso la mayor parte del tiempo, cedió la iniciativa al cuadro culé, aunque también dejó secuencias en las que fue capaz de coger oxígeno con balón. Un centro del campo aseado, pese a la suplencia de Sergi Darder, con Samú Costa, Dani Rodríguez y Antonio Sánchez por detrás de Vedat Muriqi y Abdón Prats, que como de costumbre amenazaron a través de ataques muy directos y desmarques a la espalda de la zaga azulgrana. Esa fue la principal vía de peligro bermellón, junto al balón parado. Y así llegaron los goles. El primero, tras un error de Ter Stegen en salida de balón.
Ter Stegen falló… ¡Y el pirata no perdonó! 🏴☠️
En su isla, manda Muriqi @RCD_Mallorca #LALIGAenDAZN ⚽ pic.twitter.com/ehs7i1pByc
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El Barcelona volvió a firmar un primer acto deficiente, plagado de rotaciones, pero con mucho talento sobre el verde. La disposición con balón, de nuevo, en 1-3-2-5: Íñigo Martínez fue la principal novedad en el eje, junto a un Ronald Araújo que regresaba a la titularidad. Cancelo esta vez partió como tercer central para construir ataques, aunque permutó en ocasiones su posición con Oriol Romeu y tampoco renunció a ganar altura, ni a las conducciones que tanto le caracterizan. Fueron minoritarias a las que dibujó ante el Celta, eso sí. Pero decisivas, otra vez. El gol de Raphinha llegó fruto de un balón suelto en la frontal, después de que el jugador cedido por el Manchester City hiciese de las suyas. Gavi actuó de Frenkie en la otra demarcación de la base, Balde y el propio Raphinha dieron la amplitud, João Félix y Gündogan conformaron la doble mediapunta y Ferrán fue el ‘9’.
Al Barça le faltó, nuevamente, ritmo de circulación y desborde, tanto interior como exterior, para girar la línea de cinco defensores del conjunto local. También perdió numerosos balones divididos. O los ganó un Mallorca intenso, mejor dicho. El hecho de aglutinar muchos jugadores por delante de la línea de la pelota, de forma menos exagerada que frente al Celta, expuso en transición defensiva a un equipo que tampoco terminó termino demasiadas jugadas. La primera media hora estuvo francamente incómodo, pero la verticalidad que imprimieron Gavi, Ferrán y Cancelo, sobre todo, en cuatro acciones puntuales, generaron las ocasiones más claras. Tres se fueron al limbo y, la más clara, la volvió a perdonar un Ferrán Torres menos certero que estas últimas semanas en el mano a mano con Rajković.
👨👦👦 ‘La Masía’ del Barça no fue suficiente
El segundo tiempo fue similar al primero, aún más unidireccional. El Mallorca, que tuvo el gol de la victoria en un contraataque, apenas compareció en términos ofensivos, pese a que Muriqi volvió a ser ese delantero que todo ser humano se querría llevar a la guerra. Peleó cada balón largo, solo que la segunda oleada estaba demasiado lejos de la meta rival, cada vez más fatigada y preocupada por conservar el resultado. En el Barça, João Félix, que firmó un partido discreto, estuvo cerca de empatarlo con un disparo lejano potente que se estrelló en la madera. Fue su último servicio, antes de que Xavi, tras dar entrada a Lewandowski en los primeros minutos, agitase del todo el árbol.
Lamine Yamal y Fermín López fueron los elegidos en detrimento del mediapunta luso y de Oriol Romeu. El plan era muy parecido al que se midió al Celta, con Gündogan más retrasado junto a Gavi y Raphinha junto a Fermín por dentro. La derecha estaba reservada para que Lamine desbordase a diestro y siniestro. En su primera acción estuvo cerca de provocar un penalti señalado por Muñiz Ruiz en un principio, pero invalidado por el VAR después. El descarado jugador de 16 años siguió a lo suyo, tiró una ruleta para enmarcar, amenazó en situaciones de centro lateral y salió vencedor en los duelos uno contra uno contra Jaume Costa, que sustituyó al lesionado Maffeo.
El show de Fermín López para rescatar un punto ✨ Su primer gol en LALIGA con el @FCBarcelona 🔵🔴
A veces, no hace falta tocar el balón para dar un pase de gol ✨ Lo de Lewandowski es… 🤩#LALIGAenDAZN ⚽ pic.twitter.com/QrsdlYmXhe
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El 2-2 habla francamente bien de los cambios culés, porque fue el propio Lamine Yamal, del que nació casi todo el peligro en la media hora final, el que asistió a Fermín López, con muy buen timing para llegar al área mientras Lewandowski arrastraba marcadores con un desmarque al primer palo. El polaco fue decisivo de nuevo pese a no marcar y merodeó varias zonas de remate en los minutos finales. Insuficiente en todo caso para derribar el muro de Aguirre. El Barça estuvo cerca de incendiar su buen arranque liguero el sábado y, aunque Cancelo llegó in extremis para apagar el gas, se terminó por quemar este martes en un encuentro que vuelve a evidenciar los problemas azulgranas.