Courtois fue protagonista por partida doble en el último derbi. Primero, por ser el objetivo de los mecheros y otros objetos que lanzaron desde la grada; segundo, porque acabó tocado. Durante el encuentro ya dejó entrever problemas físicos en el abductor, cuando pidió ayuda a sus compañeros para poner en juego balones en largo. Esta mañana, tras las pruebas pertinentes, se ha confirmado la lesión, que le mantendrá fuera hasta el duelo frente al Celta el 19 de octubre. Andriy Lunin entra en escena de nuevo.
Lunin regresa… con un estatus diferente
Lunin retornará a la titularidad en el Real Madrid cuatro meses después de su último partido, el pasado 19 de mayo frente al Villareal. Lo hace, eso sí, con un estatus muy diferente a cuando sustituyó a Courtois la temporada pasada, gracias al buen rendimiento que exhibió durante este tiempo. De una u otra forma, el ucraniano se convirtió en uno de los héroes de la Champions, pese a que Ancelotti le regaló al banquillo en la final.
Contra el Leipzig, en octavos de final, Lunin igualó el récord de paradas en un encuentro de esta competición, con un total de 11 intervenciones. Contra el Manchester City, en semifinales, de nuevo tuvo un papel clave, tras detener un penalti en la decisiva tanda que a la postre permitió al Real Madrid firmar su 15º Champions.
Tras imponerse a Kepa en la lucha por el puesto, Lunin disputó un total de 31 envites y 2.850 minutos, recibiendo un gol cada 89 minutos, un registro que mejora considerablemente en Europa. Sus buenas actuaciones le han servido para convencer a Ancelotti y a Florentino Pérez. Pese a que la sombra de Courtois es alargada, el club decidió renovarlo recientemente hasta 2030.
Lunin entra en escena en un contexto complicado, con el Real Madrid más vulnerable, en un inicio de temporada repleto de dudas. No tendrá fácil repetir la hazaña, sobre todo porque Courtois había recuperado su pico de rendimiento más alto y las comparaciones puede ser odiosas. En cualquier caso, se ha ganado a pulso la confianza del Bernabéu, que acepta de buen grado que sea el relevo del belga.
La espinita de la Eurocopa
El curso pasado, no obstante, Lunin no acabó precisamente bien para el ucraniano. Llegó como uno de los estandartes de Ucrania y, tras el primer encuentro ante Rumanía, Andriy Shevchenko lo relegó al banquillo. El meta del Real Madrid cuajó un mal partido, con una salida fallada y errores varios. Tras aquella derrota reconoció que su «primer error» cambió el partido. «Ya he pedido disculpas, me da mucha pena por mis compañeros», aseveró después.
Después del segundo envite, en el que fue suplente, dijo que era su «culpa» y que entendía la decisión del seleccionador. Tampoco jugó ante Bélgica, en un empate que condenó cualquier aspiración de Ucrania, eliminada sin pasar de la fase de grupos. Esa quizá sea la espinita de Lunin, que después de bordar una temporada histórica y de sentirse importante en el club por primera vez desde que subió al primer equipo en 2020, vio como se quedaba sin una merecida final de la Champions y como era incapaz de hacer un buen papel con su selección.
Precisamente, Lunin tendrá que lidiar ahora con esa presión de ser el portero titular del Real Madrid. De cumplir con esas expectativas que él mismo ha creado en afición blanca. No es un suplente que genere dudas, sino un titular que debe responder cuando se le necesiten. Porque el Bernabéu ha visto su talento y nivel, y va a exigir lo que sabe que el portero puede ofrecer.