El Real Madrid se impuso con autoridad al Manchester City en un duelo vibrante que dejó en evidencia las carencias del equipo de Guardiola. En una noche de fútbol trepidante, los blancos exhibieron su pegada y se llevaron un merecido triunfo por 3-2 en el Etihad Stadium, con una actuación estelar de Vinicius, Mbappé y Bellingham.
Desde el pitido inicial, el conjunto madrileño dejó claras sus intenciones. La presión alta y la velocidad de sus atacantes desbordaron a un City que, lejos de la versión dominante de temporadas anteriores, se vio superado en intensidad y ritmo. Vinicius fue el primero en encender las alarmas con una internada que obligó a Ederson a cometer penalti, aunque la jugada fue anulada por un fuera de juego milimétrico. Poco después, el portero brasileño evitó el gol de Mbappé en un mano a mano, y Mendy y Vinicius desperdiciaron otra oportunidad clara por falta de precisión en el último toque.
Pero el City tiene un arma letal: Erling Haaland. En su primera ocasión clara, el noruego no perdonó. Gvardiol, reconvertido en mediapunta ocasional, le dejó un balón con el pecho dentro del área, y el delantero ajustó su remate para batir a Courtois. El VAR tardó dos minutos en validar el tanto por un fuera de juego casi imperceptible, pero finalmente el Etihad celebró el gol con euforia.
El Madrid no se amilanó y continuó asediando la portería rival. Vinicius, encendido, estrelló un derechazo en el larguero, mientras que Rodrygo y Mbappé generaban constantes problemas a la zaga citizen. Solo durante un breve tramo el City logró reaccionar, con Foden probando a Courtois y Akanji rozando el gol con un cabezazo al larguero. Sin embargo, el conjunto de Ancelotti terminó el primer tiempo con una sensación de superioridad y con la certeza de que el empate era cuestión de tiempo.
La segunda mitad arrancó con un nuevo golpe para el City: Akanji se lesionó, dejando su lugar a Lewis, quien sufrió de inmediato la velocidad de Vinicius. Haaland, por su parte, rozó su doblete con un zurdazo que se estrelló en el travesaño tras tocar en Camavinga. La velocidad de los blancos era incontrolable para el City, que intentaba bajar las pulsaciones del encuentro sin éxito. Bellingham y Rodrygo estuvieron cerca del empate con sendos remates, y Mbappé se topó nuevamente con un Ederson inspirado.
Finalmente, el Madrid encontró su recompensa con un gol insólito de Mbappé. Ceballos le sirvió un balón con sutileza y el francés conectó una volea imperfecta, más efectiva que estética, que sorprendió a Ederson y puso el 1-1 en el marcador. La inercia del partido favorecía claramente a los visitantes, que estuvieron a punto de dar la vuelta al marcador con llegadas peligrosas de Valverde y Bellingham.
Sin embargo, cuando el Madrid parecía tener el control, un error de Ceballos en el área le dio a Foden la oportunidad de forzar un penalti. Haaland, implacable, no perdonó desde los once metros y volvió a adelantar a los ingleses. Pero el Madrid, lejos de rendirse, respondió de inmediato. Brahim Díaz, que había entrado en la segunda mitad, aprovechó un mal rechace de Ederson para igualar el marcador. No celebró el tanto por respeto a su pasado en el City, pero su equipo sí lo hizo, con la firme intención de completar la remontada.
Y así fue. En el tiempo de descuento, Vinicius robó un balón en campo rival y asistió a Bellingham, quien sentenció con un disparo certero. El tercer gol confirmó la superioridad del Madrid y dejó en evidencia a un Manchester City que, pese a su talento individual, mostró una versión muy alejada de la que lo llevó a la gloria en temporadas anteriores.
Con este resultado, el conjunto blanco refuerza su candidatura al título y deja claro que, en las grandes noches europeas, sigue siendo el rey. El City, en cambio, deberá encontrar respuestas si quiere seguir compitiendo al más alto nivel.