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⚽ Real Madrid

Ni la Champions saca al Real Madrid del abismo

El Real Madrid tiene un problema. Es una realidad de la que no puede escapar. El equipo no defiende bien: tarda un mundo en robar el balón y corre sin sentido. En ataque, tampoco anda sobrado, con sus estrellas sin puntería. La actitud tampoco es la correcta. Ni la derrota ante el Barcelona ha servido para que los pupilos de Ancelotti espabilen. El Milán ha acentuado todas las carencias (3-1).  Son cuatro encuentros en Champions con dos derrotas y una imagen pésima.

Un Madrid perdido

Todo hacía presagiar que el Real Madrid se resarciría en su territorio fetiche, la Champions, de la dolorosa derrota frente al Barcelona. Sin embargo, y pese a que la actitud en el inicio fue positiva, sobre todo por parte de Mbappé, el equipo ofreció en la primera mitad una versión pobre, otra vez. Y eso que con una derrota en tres partidos el conjunto de Ancelotti no llegaba a la cita precisamente sobrado.

Thiaw, con un cabezazo tras un saque de esquina, anotó sin la oposición de Tchouaméni, que vio pasar el esférico sin siquiera reaccionar. El Madrid reaccionó, pero de forma aislada. Un regate de Vinícius en el área propició un penalti que el mismo transformó. Pero a partir de ahí el equipo italiano durmió el partido, hasta encontrarse con el segundo tanto, obra de Morata tras un rechace, en una jugada desencadenada por un error de Tchouaméni en la salida del balón.

Alguna ocasión aislada de Mbappé, y poco más por parte de los blancos. Los pitos, que primero fueron dirigidos al centrocampista francés, fueron sonoros y para todo el equipo cuando el colegiado indicó el final de la primera mitad.

Sin reacción ni remontada

Ancelotti realizó dos modificaciones: dio entrada a Brahim y Camavinga y retiró a Valverde y Tchouaméni. La imagen, no cambió un ápice. El Real Madrid, sin orden ni capacidad para robar el balón, eligió el caos donde acostumbra a ganar, sobre todo en Europa. Pero llegado el minuto 70 la imagen había sido mala, muy mala. Lunin, dos buenas acciones de Militao y el poste habían evitado que la brecha en el marcador fuese mayor.

Al final, el tercero fue inevitable. El gol, obra de Reijnders, destapó las carencias de toda la temporada, con una defensa mal organizada y carente de intensidad. Ahí, con el encuentro aparentemente concluido, llegó un atisbo de reacción, pero el VAR anuló, de forma dudosa, un tanto de Rudiger.

Lo siguió intentando, de forma tardía y con poca fe, pero esta vez no hubo ni atisbo de remontada. Tampoco es que la mereciera el conjunto blanco, que ha encajado nueve goles en sus tres últimos partidos en el Bernabéu. Ni la Champions, donde el equipo suma dos victorias y dos derrotas en cuatro jornadas, tampoco saca al Real Madrid del abismo.

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