Lo de Varsovia fue una epifanía. Con la hora de juego cumplida, el balón se paseó por el área de la Atalanta. Lo recogió Bellingham, que estaba escorado como para buscar el remate. Aguantó el balón, levantó la cabeza y le vio: Kylian Mbappé le había dibujado un desmarque que era medio gol. El francés recibió y la puso en la escuadra. Siete años después, había llegado el momento. Con su primer gol con el conjunto blanco, el cielo era el límite. Los siguientes encuentros solo podían significar la llegada del ciclón anotador que se acababa de desatar en la Supercopa de Europa. Sin embargo, no ha pasado nada. En dos jornadas, Mbappé no se ha estrenado. ¿Qué le ha pasado?
El nuevo (y bendito) problema de Ancelotti en el Real Madrid
📉 Mbappé remata lo mismo y marca menos
Ante el Mallorca, Mbappé se estrelló contra el muro bermellón. Una semana más tarde, ante el Valladolid, le pasó lo mismo. Intentó desmarcarse, se buscó sus ocasiones y pudo marcar, pero no se le dio. Poco a poco, se instauró una sensación extraña de apatía a su alrededor. De un plumazo se disipó ese clima optimista tras ganar la Supercopa. Semejante cambio es inexplicable desde lo sensorial, por lo que toca recurrir a los datos. Es la única forma de descifrar lo que le ha sucedido a la pólvora de Mbappé.
La estadística avanzada no miente: el francés debería haber marcado un gol. Lleva 1,3 expected goals en estos dos primeros partidos, lo que debería ser más que suficiente para que un delantero de su nivel hubiese anotado. Por ello, lo primero que puede explicar su pequeño bache goleador es la puntería o la fortuna. Greif le sacó varios chutes en la primera jornada, y Hein también en la segunda. Puede ser, pero hay algo más si se bucea en los datos. Si se desglosa su cifra de xG por 90 minutos, la comparativa de estos primeros partidos con el resto de la carrera de Mbappé es alarmante. Con 0,68 xG, es la primera vez en siete años que baja de 0,7 por enfrentamiento y la segunda cifra más baja de su carrera.
Esta cifra podría estar ligada a su número de remates. ¿Y si sus xG son peores por rematar menos? Aunque sea un razonamiento lógico, no es así. Mbappé, así como la temporada pasada (que fue en la que más marcó, por cierto), ha rematado más de cuatro veces por 90 minutos. Vamos, que dispara lo mismo, pero sus ocasiones son de peor calidad. Por ello, tiene pinta de que es más un problema grupal que uno del francés. O, al menos, que no le tenga a él como el único culpable. Y, si se tiene en cuenta el irregular inicio de liga del Real Madrid, ahí parece estar el quid de la cuestión.
🛣️ El atasco en ataque del Real Madrid
Así como era inimaginable la sequía goleadora de Mbappé tras el partido ante la Atalanta, tampoco se podía prever el inicio de liga del Real Madrid. De la fluidez en la Supercopa se pasó al caos en la competición doméstica en un abrir y cerrar de ojos. La libertad de movimientos del primer día mutó en un atasco en la banda izquierda, ya que en esa zona se juntaban todos los atacantes del equipo. Por mucho que tengan todos mucho talento, no es la situación ideal para afrontar el ataque de un bloque bajo. La amenaza de los Mbappé, Vinícius y compañía se ha diluido en un juego de paredes y tacones que han llevado a ningún sitio.
Todo apunta a que el Real Madrid va a tener que deshacer su tridente mágico si quiere avanzar. Porque sí, aunque puedan ganar por pura jerarquía, no es lo más conveniente en una temporada en la que hay siete títulos en juego. La entrada de un centrocampista que equilibre el sistema podría solucionar este entuerto, evitando ese atasco en el que se ha perdido Mbappé. Ya se vio a Güler por la zona contraria ante el Valladolid, y el equipo dio muestras de una mejor ocupación del espacio. Esto, sumado a que el paso de las jornadas ayudará a que se pongan a punto todos los futbolistas importantes, debería volver a dar a los de Ancelotti la fluidez que mostraron contra la Atalanta.
A medida que se racionalice el sistema y se adapten los jugadores, es cuestión de tiempo que Mbappé marque su primer gol en España. Lo raro es que no lo haya conseguido ya pese a las trabas que ha tenido que enfrentar en este arranque liguero. Cuando haga pop, no habrá stop, como en el anuncio. Al menos, de cara al futuro, ha quedado claro que las expectativas y el hype desmedido, por muy bien que pinte el proyecto, afectan hasta a los mejores. Y, visto lo visto, estas son las únicas que pueden frenar a una de las plantillas más talentosas de la historia del Real Madrid.