Señoras y señores, con todos ustedes, un día más, el Real Madrid. El equipo blanco logró imponerse al Espanyol (4-1) en el Santiago Bernabéu, en un partido que evidenció, una vez más, algunas de las carencias de Ancelotti y de sus jugadores en este inicio de temporada. Los merengues volvieron a ofrecer una imagen gris e insípida durante gran parte del encuentro, que no todo, porque sin Vinícius y con Modrić y Bellingham sobre el verde, y Rodrygo en la izquierda, el Madrid pareció algo más potable, sin tampoco muchos alardes. Esta vez empezó por debajo en el marcador y, como en el partido intersemanal de Champions frente al Stuttgart, tuvo que cambiar la marcha, ya sí con ‘Vini’ en el campo y no sin la inestimable ayuda del par de errores infantiles de los pericos, y otra vez certificó una victoria con sabor agridulce.
🌑 Un Madrid menos gris, pero sin color
El inicio del partido fue un déjà vu. Los de Ancelotti, como viene siendo habitual, se mostraron —ligeramente— atascados en la elaboración y faltos de ideas para penetrar la férrea defensa perica. A pesar de contar con Bellingham y Modrić en el centro del campo, el juego blanco carecía de chispa y verticalidad. La otra pieza creativa del equipo, aquel que sustituyó nominalmente a Vinícius para recomponer el sistema, Arda Güler, volvió a quedarse muy por debajo de lo esperado y no tardó en recuperar su lugar en el banquillo.
El Espanyol, lejos de amilanarse ante el escenario, supo aguantar el tipo y aprovechar su oportunidad. El bloque serio y concentrado de Manolo González exhibió argumentos competitivos. Con Rodrygo desde la izquierda, habitualmente un generador mucho más productivo a nivel colectivo que Vinícius, el Madrid fluyó más, pero chocó ante el entramado periquito. Es más, fuera de guion, porque el equipo merengue esta vez sí logró doblegar el ritmo del juego, un centro de Jofre acabó en la red tras rebotar en Courtois. 0-1. Incluso en un buen día.
🏎️ Entra Vinícius, cambia la marcha del Madrid
Fue entonces cuando Ancelotti decidió mover ficha y dar entrada a Vinícius en el campo. La presencia del brasileño supuso un punto de inflexión en el partido. Su velocidad y desborde comenzaron a crear fisuras en la defensa espanyolista, aunque su desacierto técnico fue más que notable en no pocas acciones ofensivas que terminaron en los pies de los defensas del Espanyol.
Ahí las cosas se pusieron algo más fáciles para un ya fatigado Ancelotti cuando el Espanyol concedió facilidades impropias de la Primera división e imperdonables ante el Madrid. Empate de Carvajal, previa recuperación en área rival de Bellingham.
Después, ya con inercia, Vinícius, casi en su primera intervención de valor real, se inventó un pase de tres dedos magistral que dejó a Rodrygo a placer ante la meta de Joan García. convirtió en gol. Todo saltó por los aires y el Madrid, ya sí, se entregó al caos y a los espacios. Corre Mbappé, martillea Vinícius. 3-1. Recupera Endrick, penalti, sentencia Kylian. Cuarto gol en seis partidos ligueros, empate en la carrera por el Pichichi. Todo en orden. La peli de todos los días. A ver con qué (no) nos sorprenden la semana que viene.
