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España golea, festeja y asegura su pase a cuartos de la Nations League

España ha cerrado matemáticamente su presencia en los cuartos de final de la Nations League tras batir a Serbia con un contundente 3-0. Laporte, Morata (que falló un penalti) y Baena hicieron los goles. Córdoba, volcada, contribuyó a la fiesta sobre el césped. Luis de la Fuente, que no incluyó en el once a ningún jugador de Real Madrid, Barcelona o Atlético, acertó de nuevo.

Mejor inicio imposible

Antes del pitido inicial, las charlas giraban en torno a Lamine Yamal, mientras el técnico respondía preguntas sobre su joven promesa. Pero una vez que el balón empezó a rodar, la lluvia y el barro quedaron en segundo plano, y España ofreció una versión que emocionó a su afición. Sin las estrellas del regate no estaban en el campo, los maestros del pase, como Zubimendi y Fabián, tomaron el control con la clase de los veteranos. Tanto en Murcia como en Córdoba, la selección ha mostrado que, a pesar de que los partidos interrumpan la liga, no se relajan.

Podría haberse visto como un duelo de ausencias. A España solo le faltaba que De la Fuente se lesionara también, mientras que Serbia, sin su principal estrella Vlahovic, parecía resignada. Pero Laporte pronto se encargó de inaugurar el marcador. Pedro Porro envió un centro medido al segundo palo, donde Laporte remató de cabeza, adelantando a los suyos. A pesar de haber tenido que improvisar ante tantas bajas, De la Fuente siguió fiel a su estilo, apostando por un mediocampo poblado, dejando a Pedri en el banquillo y dando entrada a Baena y Merino tras su buen rendimiento en el encuentro anterior contra Dinamarca.

Con el marcador a favor, el tridente Zubimendi-Merino-Fabián se hizo dueño del terreno de juego. Mientras tanto, el técnico serbio Stojkovic, que fue un referente en la Yugoslavia de los años 90, observaba impotente desde el banquillo.

Zubimendi, la batuta de España; Morata y Baena, goleadores

Sin Rodrigo, el habitual director de orquesta, Zubimendi tomó el control del equipo con autoridad. El realista dirigió el juego con precisión, llevando a España a pisar constantemente el área rival. La tranquilidad se resistía, hasta que los aficionados cordobeses empezaron a corear los «olés». Morata falló un penalti, pero pronto se desquitó con un gol, tras un excelente pase de Fabián, batiendo al guardameta serbio Rajkovic, quien evitó que la derrota fuese aún más abultada.

El hambre de España no cesaba, y Baena se sumó a la fiesta con un gol de falta que recordó a las mejores ejecuciones de los Juegos Olímpicos. La selección seguía mostrando su solvencia en cada aspecto del juego. De la Fuente, satisfecho con lo que veía, no hizo muchos cambios. Pedri entró para aportar su magia, y España terminó el encuentro jugando como si el mismo Arcángel les guiara desde las gradas. Una noche redonda para la Roja en Córdoba.

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