Lo peor del deporte 2023 Dieguenazo
✍️​ Opinión

El ‘Dieguenazo’: el 2023 fue lo peor del deporte

Por fin ha llegado el final del 2023. Ha sido, sin ninguna duda, lo peor del deporte. Fue insufrible. Aunque, en sus últimos instantes de vida, ha tenido algo bueno: me ha permitido hacer honor a mi meme favorito en tu columna favorita. Al no haber tanto fútbol como siempre, puedo hacer este repaso de los últimos 365 días del año sin sentirme mal. Me he saltado lo que pasaba en la actualidad, y esta vez con razón. Es mi aguinaldo particular.

Cómo no, esta revisión del 2023 se merecía un ‘Dieguenazo’.

El ‘Dieguenazo’: la Superliga salva las cenas de Navidad

🤧 ¿Por qué 2023 es lo peor del deporte?

Explicar un chiste hace que pierda la gracia, pero tengo serias dudas de que este tenga comicidad. A mí y a mi humor roto nos hace gracia, lo que es suficiente para salir por aquí. Sea como fuere, voy a aclarar el contexto. Esto del 2023 como lo peor del deporte viene de Twitter —X para Elon Musk—. Consiste en enumerar desgracias varias que generalmente no tienen que ver con el deporte y finalizar con un «qué termine este año ya, por Dios» o similares. Todo ello surge a raíz del tópico periodístico de decir que las lesiones son lo peor del deporte. Se ha formado un running gag con el meme a lo largo de este 2023, y ha llegado a su fin.

Con todo explicado, comienza el auténtico repaso. Lo peor del deporte es que Jude Bellingham ya no marca solo de rebote y que Ancelotti no se haya fumado otro puro en Cibeles. Por Dios, si en este 2023 Simeone ha abandonado el unocerismo y lo ha abrazado el Barça. Se ha cebado especialmente con los culés, porque todos los campos en los que jugaron estaban defectuosos. Y, de paso, Messi no volvió y Busquets y Jordi Alba se fueron. Ganar la liga fue el único haz de luz en un 2023 tremendamente cruel. Que se haya acabado es lo mejor que podía pasar.

El resto de equipos de la liga española no se libraron. El Getafe de Bordalás juega como Brasil en los 70 al ritmo del «esto es fútbol, papá», y Andoni Iraola se fue del Rayo Vallecano. En Sevilla, los de Nervión ganaron la Europa League a cambio de ver brillar a Isco con el eterno rival. Mientras, la desgracia del 2023 va a por un Betis que se quedó sin Europa League en la última jornada. En Valencia tampoco andan bien, pues siguen en pie de guerra contra Peter Lim. Y, en el norte, la crueldad del 2023 hizo estragos. Gabri Veiga se fue a Arabia Saudí en el centenario del Celta; y el Dépor tiene a Lucas Pérez y no la categoría de plata. Luego, ni en el País Vasco ni en Girona les va mal, pero algo habrá pasado para maldecir el año. De verdad, 2023 fue infernal.

El ‘Dieguenazo’: el Girona es al fútbol lo que las luces a la Navidad

Lejos del fútbol tampoco fue bien. Lo peor del deporte es que Nadal apenas jugase por su lesión y lo mal que acabó el año Alcaraz. Sin movernos del mundo de la raqueta, se acabó el Wolrd Padel Tour después de una década de crecimiento. De la 33 de Fernando Alonso ni hablamos, que es ir a doler. El Gran Premio de Mónaco es la muestra del mal que alberga el dichoso 2023. Es la única forma de explicar la temporada de Fórmula 1. Las penurias que provocó este año llegaron hasta los Denver Nuggets de Nikola Jokic. Ganó la NBA, pero no pudo irse antes de tiempo a Serbia con sus caballos. ¿Quién le devolverá el tiempo perdido?

Lo peor del 2023 es que el 2024 será su continuación. Sin haber empezado, ya se habla del regreso del culebrón de Kylian Mbappé y el Real Madrid. Por mucho que el calendario diga que todo ha terminado, este año maldito sigue con nosotros. No va a acabar nunca. Su crueldad ha echado raíces, y no parará hasta romperlo todo. El maligno alcance del 2023 y lo que provoca seguirá molestándonos. Por ello, solo nos queda disfrutar mientras podamos. Feliz entrada en el 2024 para todos aquellos que hayan sufrido lo peor del deporte.

Ir al contenido