El Força Lleida hizo historia al barrer a Estudiantes en la final por el ascenso a la Liga Endesa. Los leridanos se impusieron 70-85. Pero también se impusieron a la lógica, a la historia y a un ambiente hostil para ellos. El Madrid Arena, antigua casa de Estudiantes, vivió la velada con devastación. A la tercera tampoco fue la vencida. En la pista solo hubo un equipo: el Força Lleida. La salida en tromba de los catalanes (0-14) fue toda una declaración de intenciones. No dejaron escapar la renta, que llegó a ser de 34 puntos. El sudanés Kur Kuath, elegido MVP de la Final Four, dio un clínic en la pintura y se fue hasta los 16 puntos (7/11 en tiros) y 8 rebotes y dejó 3 tapones. Aunque quedarse con un nombre sería erróneo. Fue un partido coral y superlativo de los de Gerard Encuentra, que han acabado la temporada enlazando 14 triunfos. 19 años después, la ciudad leridana volverá a tener baloncesto del máximo nivel. Los burdeos acompañarán al Leyma Coruña a la Liga Endesa.
SOM ACB ‼️‼️‼️‼️
LLEIDA ÉS ACB‼️‼️‼️‼️‼️‼️‼️#HEMTORNAT pic.twitter.com/uhY7pnD4Mg— Força Lleida / ICG Força Lleida (@flleida) June 9, 2024
🫡 Un ascenso forjado desde el inicio
El Força Lleida llegó al Madrid Arena dispuesto a hacer historia. Empezó el partido arrasando a Estudiantes con un parcial de 0-14 consolidado por un juego coral excelso y una brillantez defensiva elogiable. Ni la motivación de unos ni la presión de los otros explicaban el marcador. Todo fueron buenas decisiones por parte de los visitantes. Manos, rapidez de pies e intensidad. Por el de los colegiados, todo eran nervios y ofuscación. Los madrileños veían el aro muy pequeño y a los de burdeos, multiplicados. Ferrando rompió la sequía casi a los seis minutos con un tiro libre (1-14). La primera canasta corrida fue de Francis Alonso a falta de un minuto para acabar el cuarto (6-21). Una acción de Johnny Dee y dos tiros de Cameron Krutwig cerraron el acto con un 10 a 25.
Estudiantes no podía — o sabía— cerrar la hemorragia. Krutwig seguía haciendo daño y solo la acumulación de faltas enviaban al estadounidense al banquillo. Aunque su pareja en la pintura, Kur Kuath, dejó patente que el vértigo colegial era oscuro. El sudanés mostró una superioridad aplastante en los dos aros. Puntos bajo el poste y alley oops en un lado e intimidación y tapones en el otro. De postre, Hasbrouck conectaba dos triples seguidos para elevar la ventaja catalana hasta los 27 (14-41). Ni un error en el marcador que tuvo el partido parado varios minutos revivió a un Estudiantes que estaba en la lona. Porque la tendencia siguió siendo la misma. La pausa no levantó a un equipo cariacontecido por la imagen y por la superioridad leridana. Murphy y Leimanis, héroes junto a Francis Alonso en la semifinal ante Tizona Burgos, se quedaron secos. Los leridanos supieron tapar todos los huecos. El partido se fue al descanso 21-52. Aplastante primera mitad de los catalanes. El 2 a 72 en valoración dejaba totalmente clara la tendencia de la final.
🥇 Un broche de oro para algo inevitable
Estudiantes salió tras la pausa más fino, sobre todo desde el perímetro. Pero Kuath siguió monopolizando el poste bajo. No obstante, un parcial de 11-2 obligó a Gerard Encuentra a parar el partido (40-63). Primer momento de ciertas dudas de los leridanos. Nada más lejos de la realidad. La mentalidad de los ilerdenses es inquebrantable en estos momentos. Encuentra, con un cambio total del quinteto, encontró la fórmula de frenar el golpe. Brito y Simeunović, actores más secundarios, salieron para evitar un posible despegue de Estudiantes. El tercer cuarto finalizó 48-73.
Faltaban 10 minutos para la gloria de unos y la tristeza de los otros. Johnny Dee (25 puntos y 7/14 en triples) lideró una extenuada resistencia (59-78), pero nadie pudo parar lo inevitable. El Força Lleida únicamente tuvo que aguantar su holgada renta para saborear la gloria. Una gloria que ha tardado muchos años en llegar y que todos celebraron de forma espectacular. Celebró la afición de Lleida y también tuvo respeto para Estudiantes. Deportividad ante todo. Y por tercera vez consecutiva, el baloncesto enseña que la historia no gana ascensos. «Barça, Madrid, el Lleida ya está aquí», gritaron los cientos de aficionados leridanos desplazados al Madrid Arena. Aviso a navegantes.