Como hiciera Roger Federer en su juventud, Henry Bernet se convirtió el sábado en el primer jugador suizo en ganar un título individual júnior del Open de Australia. Lo hizo al derrotar al estadounidense Benjamin Willwerth por 6-3, 6-4 en la final del torneo.
«Probablemente han sido tres semanas perfectas aquí», dijo Henry Bernet, que apenas ostenta la mayoría de edad. «Hoy, en mi cumpleaños, tuve la oportunidad de jugar y ganar. «Nunca lo olvidaré, incluso si hubiera perdido el partido. Pero es aún mejor haber ganado. Estoy muy feliz». Unas palabras y un juego que recuerdan, en su pura esencia, a aquel Roger Federer que encandiló al mundo.
Henry Bernet, el nuevo talento suizo que cosecha éxitos en Australia emulando a Roger Federer
Comparación apresurada por la edad y algo pretenciosa por la magnitud. No obstante, existen los paralelismos. Porque Henry Bernet, nacido en Basilea, se entrena en el mítico club Old Boys, como ya lo hiciera por entonces Roger Federer, asesorado por Severuin Luthi, quien fuera también entrenador del ex número, domina el revés a una mano y es imagen de la ropa ON, de la que Federer es cofundador.
En Suiza ya se frotan las manos con él a ver que puede tener la reencarnación del tenista que se marchó con 20 Grand Slams en su raqueta. Con una diestra de oro, logró aprovechar su oportunidad de levantar su primer gran título y seguir escalando en el ranking mundial, donde ostenta el puesto número 464.
Bernet se alzó con el trofeo al cielo de Melbourne tras haber dejado en el camino al número uno de su categoría y únicamente haber cedido un set. «Fui encontrando mi mejor nivel partido a partido y preveo combinar el circuito junior con el profesional en los próximos meses», aseguró el joven.
El ya ex adolescente de 18 años superó al estadounidense Benjamin Wilwerth en la final y destacó sobre todo por su revés a una mano, algo en desuso dentro del circuito, una de las señas de identidad de Federer y de otro ilustre tenista suizo como Wawrinka. Si a esto le añadimos que su superficie favorita es la hierba, la que tantas alegrías dio a Roger en Wimbledon, la comparación viene sola.
Su enorme potencial lo convierte en una auténtica promesa
«Las comparaciones no son un problema, sino una motivación, siempre las habrá«, explicaba Bernet tras el título en Melbourne, «me encantaría hablar con Roger próximamente», una charla que seguramente se producirá después de este éxito del nuevo prodigio suizo.
Lo que es cierto es que el impacto de Bernet subraya su potencial para emular el éxito de sus ídolos y establecerse como una figura prominente en el tenis profesional.
La promesa que representa es evidente en su habilidad para competir con los mejores jugadores de su generación y su capacidad para realizar actuaciones destacadas en escenarios de alta presión, como el vivido en Australia.
Así, el futuro de Henry Bernet se perfila como uno lleno de oportunidades. Si bien es demasiado pronto para hacer comparaciones definitivas, y no solo con Roger Federer, su ascenso meteórico y su estilo de juego evocador sugieren que podría ser un nombre a tener en cuenta en los próximos años.