El nombre de Teresa Perales no pasa desapercibido en España. Quizá no suene tanto como el de Rafa Nadal o Fernando Alonso, pero sí es tan reconocible como el de otros atletas olímpicos como Saúl Craviotto. La española, de 45 años, es la paralímpica española más laureada de la historia, con nada menos que 27 metales. En París 2024 buscará superar a Michel Phelps en su séptima cita en unas Olimpiadas. Un reto mayúsculo, impensable cuando su vida dio un giro de 360 grados a causa de una enfermedad que finalmente le llevó a la piscina.
🏊🏼 Teresa Perales, del kárate a la natación por una neuropatía
Teresa Perales, con 19 años, disfrutaba de la vida como cualquier joven. Sin embargo, una neuropatía trastocó por completo su vida. Esta enfermedad, una insuficiencia de los nervios que llevan la información desde el cerebro hasta la medula espinal, provocó la pérdida de sensibilidad en sus piernas. Este hecho traumático se produjo solo cuatro años después de perder a su padre. Esa diferencia entre la vida y la muerte es la que llevó a reflexionar a aquella chica que hoy presume de ser la mejor paralímpica española.
«Cuando perdí a mi padre no lo pude volver a ver jamás. Él no pudo seguir haciendo todas las cosas», comentó Teresa Perales en un acto con el banco BBVA, dejando entrever que ella sí tenía la oportunidad de darle otro rumbo a su vida. Eso sí, no fue un camino sencillo: «Esto no es de la noche a la mañana. Uno no se levanta y dice: «Ya está, ya lo he aceptado, lo he asumido, sigo con mi vida. No ha pasado nada». Es mentira, claro que ha pasado. Ha pasado algo muy duro». Sin embargo, su afán por seguir adelante, fue la que la salvó en esa situación: «Si hay algo que me define es que soy una gran amante de la vida».
Ya en silla de ruedas, Teresa Perales decidió lanzarse a la piscina para hacer ejercicio. Y eso de que de pequeña le dijeron que no era lo suyo cuando sus padres trataron de introducirla en esta disciplina. Desde entonces su pasión había sido el kárate, aunque con la enfermedad no tardó demasiado en enamorarse del agua. Observó que sus piernas flotaban, disfrutó de esa sensación y eligió el que sería su nuevo deporte, avalada por su primer entrenador, que ya la definió como «un diamante en bruto». El resto es historia.
🥇 A por su 28º medalla… en sus séptimos JJ. OO.
Su primera participación en los Juegos Olímpicos se produjo en Sídney. Ella tenía 25 años, y su irrupción ya pronosticó que el nombre de Teresa Perales tarde o temprano se convertiría en leyenda. Regresó a España con cuatro medallas, una de ellas de oro en los 50 metros estilo libre. En Atenas 2024 certificó su dominio subiendo al podio en cinco ocasiones, esta vez con tres oros: en los 50 metros libre, los 100 metros libre y en el relevo 4×50 metros. En Pekín sumó otras cinco medallas y en Londres elevó la cifra hasta las seis, estableciendo su récord. En Río, lejos de mostrar signos de debilidad, obtuvo otros cuatro metales y en Tokio, la última cita, añadió otra plata.
Precisamente con otro podio conseguiría romper el empate con Michael Phelps y convertirse en la atleta más laureada en unos Juegos Olímpicos. A sus 45 años, no será fácil, sobre todo porque afronta el reto solo con su brazo derecho, ya que los problemas que arrastraba en el izquierdo se han agravado. Pese a todo, acude con esa ilusión. Lo consiga o no, su legado será eterno. Premio Princesa de Asturias de los Deportes en 2021, Teresa Perales es una defensora de la vida y de la visibilidad del deporte paralímpico. Su historia de superación es un ejemplo para las jóvenes generaciones, que tienen en su figura la muestra de que todo obstáculo puede superarse.