Los dirigentes de la UEFA van a celebrar la próxima reunión de su Comité Ejecutivo en un ambiente futbolístico francamente enrarecido.
Está programada para el martes, día 26 de este mes, en la ciudad chipriota de Limassol, uno de los centros turísticos más importantes de la isla y sede de una marina tan extensa como lujosa.
Sin embargo, a pesar de contar con tan paradisíaco entorno, lo van a hacer apenas unos días después de que la Cyprus FA (la Asociación de Fútbol de Chipre, responsable de organizar la liga nacional) haya conseguido abortar la huelga indefinida acordada por los árbitros del país el pasado día 19 con el fin de protestar por los ataques singularmente violentos que están sufriendo desde hace tiempo.
Bombas contra los árbitros
Hay quien podría pensar que, en realidad, la medida adoptada por los colegiados resultaba un poco exagerada, porque, al fin y al cabo, aunque sea lamentable, los árbitros reciben críticas y hasta agresiones en todas partes del mundo. Pero es que, en este caso, se ha traspasado muy ampliamente cualquier “línea roja”.
Acuerdo de la UEFA y la ECA para reforzar el futuro del fútbol europeo
El detonante de la protesta ha sido nada menos que el incendio intencionado del coche de la madre del árbitro Menelaos Antoniu, poco después de que este dirigiera un partido entre el Aris de Limassol y el Paphos que acabó con empate a uno y que bien puede ser considerado como de fuerte rivalidad, pues estos equipos están actualmente en tercer y segundo lugar de la clasificación, respectivamente.
La Policía, que sigue investigando los hechos, parece tener pocas dudas acerca de la relación directa existente entre el incendio del vehículo y el desarrollo del partido. Sobre todo, porque llueve sobre mojado. El pasado mes de junio, la sede de la Asociación de Árbitros de Chipre fue atacada con un coche bomba. Y en el año 2020, alguien colocó asimismo una bomba en el vehículo de un colegiado.
Medidas especiales
Aunque, tras la convocatoria de la huelga, la Cyprus FA desplegó de inmediato toda su capacidad de negociación para conseguir que, después de “varios días de reflexión”, los árbitros aceptaran levantarla y permitir así la reanudación de la liga, su posición ha sido lógicamente de clara defensa de los colegiados.
En un comunicado hecho público, la organización ha declarado que “reitera su determinación de apoyar a los árbitros en el desempeño de sus funciones y condena cualquier acción dirigida contra los árbitros y sus familiares»; ha expresado “una vez más su profunda preocupación por las repetidas acciones malintencionadas y el terrorismo ejercido contra nuestros árbitros”, y ha mostrado su confianza en que “sus autores sean llevados ante la justicia mediante investigaciones policiales».
Además, ha añadido que seguirá hablando con el Ministro de Justicia, la Jefatura de la Policía y los propios árbitros para encontrar la manera de garantizar la seguridad de estos; y su presidente, George Koumas, ha enviado una carta a los responsables de los 14 equipos de la Primera División chipriota a fin de solicitarles su colaboración para «aliviar las tensiones» mediante la adopción de medidas específicas.
¿Espontáneos o muy calculados?
La violencia de estos ataques resulta francamente sorprendente en un país cuyos habitantes gozan de la merecida fama de ser particularmente amables, simpáticos y generosos, especialmente con los visitantes.
Sin embargo, mal haría la UEFA si adoptara una actitud superficial y considerara que estos incidentes son simplemente la expresión inexplicablemente exacerbada de los ataques que reciben los árbitros “urbi et orbe” y que están haciendo que se reduzca dramáticamente el número de quienes desean incorporarse a esta profesión.
Al parecer, los informes que maneja la Policía chipriota apuntan a que estos ataques no son el fruto de la reacción desmedida de unos descerebrados por un quítame allá ese penalti no pitado, sino consecuencia de los intereses vinculados a los intentos de amañar partidos, aprovecharse de las apuestas y, en definitiva, sacar tajada de la corrupción del fútbol.
Un aviso a navegantes que los dirigentes de la UEFA, si quieren, podrán evaluar ahora en vivo y en directo.