Sabemos que la Edad Media está repleta de grandes leyendas, relatos de heroísmo y batallas libradas por conquistar inexpugnables fortalezas. Está claro que estos baluartes defensivos resultan indispensables para conocer el pasado, donde se dejaron por nuestro país varios castillos que todavía hoy permanecen en lugares como, por ejemplo, en Girona.
Unas grandes fortalezas que a día de hoy son símbolo de poder, capaces de cautivar nuestra imaginación para conseguir hacernos viajar en el tiempo, y que es el reflejo vivo de la historia que vivieron sus muros en formas de batallas, traiciones o acontecimientos imprescindibles para el devenir de España. En Girona se halla uno de los castillos más imponentes del país, y el más bonito de la Península, según el portal de viajes Traveler.
El Castillo d’en Plaja, en Lloret de Mar, Girona, el más bonito de España
De hecho, hoy en día se estima que en España se aglutinan alrededor de 10.000 castillos y fortalezas, lo que demuestra el alto valor cultural y monumental que alberga nuestro país. Algunos de ellos son de una importancia total para la historia, tanto la de nuestro país como fuera de nuestras fronteras, ya sea por su arquitectura, importancia histórica o por estar en un estado de conservación excelente.
Y justamente, en el pueblito de la Costa Brava de Lloret de Mar, en Girona, se haya el castillo d’en Plaja, que forma parte de los emblemas de este municipio catalán.. Al mirar el Castell d’en Plaja podríamos pensar que se trata de una construcción medieval, con siglos de historia, escenario de batallas entre caballeros y morada de príncipes, pero sin intención de causar desilusión, no nos hará falta remontarnos tantos siglos para conocer sus orígenes.
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La casa castillo es una propiedad privada del empresario gerundense Narcís Plaja Martí, que fue obra del arquitecto de Girona, Isidor Bosch i Bataller, cuya construcción se inició en el año 1933 y acabó a mediados de los años 40′, una vez finalizada la Guerra Civil.
Lloret de Mar, un encantador pueblo costero, icono de Girona
De estilo neo-gótico, fue construido con las piedras extraídas del terreno. Destacan sus bellas torres almenaras y sus ventanas en forma ojival. Cuenta también con un camino privado protegido por un muro de piedra, que finaliza en un pequeño mirador sobre el mar, desde donde sus propietarios disfrutan de unas maravillosas vistas.
Unas vistas a esta localidad gerundense, la de Lloret de Mar, que está considerada como uno de los imprescindibles para cuando realicemos una visita al litoral catalán.
Gracias a su evolución constante a través de los años, el de Lloret de Mar, en Girona, se ve como un municipio costero que se aprecia como parte de los lugares más demandados por su gran oferta de campings, y reconocido entre los municipios con el sello de ‘turismo familiar’.
Tanto para los días de verano como para los de otoño y primavera, su paseo marítimo abierto al mar, como si de una media luna se tratara, aporta luz y color a la ciudad. Playas agradables, limpias y luminosas de un fondo color rosado, que nos ofrecen unas aguas en calma idóneas para el baño.
Deporte y gastronomía
Además de su espectáculo visual-medieval, esta localidad de Girona ofrece un gran atractivo para los deportistas, especialmente para aquellos que pretender realizar diversas actividades de montaña.
Es así que Lloret de Mar cuenta con una gran oferta de actividades deportivas, así como un conjunto de eventos deportivos de gran reconocimiento. Las actividades van desde el conocido senderismo para practicar en familia o grupo, hasta actividades acuáticas como son las rutas de las famosas Vías Bravas.
¿Y qué hay de la gastronomía de este pueblo de Girona? Probablemente una de las más exquisitas de la zona. Esto es porque aquí se degusta la deliciosa gastronomía más típica del pueblo. Esta son las anchoas de l’Escala, las gambas de Palamós, el arroz de Pals, aceite de oliva del Ampurdán o el Vino del Ampurdán, algunos ejemplos de todo lo que puedes encontrar en esta zona del litoral catalán. Todo sin olvidarnos, claro, de sus ricos postres, como la crema catalana, la coca de Llardons, o los Panellets, unos pequeños pasteles de almendras, azúcar y huevo que se hacen tradicionalmente para celebrar la fiesta de Todos los Santos.
