Algunos de los pueblos más bonitos del mundo están más cerca de lo que creemos. En España, sin ir más lejos, contamos con varios de ellos. Por eso, si tienes pensado realizar una escapada de un fin de semana, nada mejor que descubrir parte de esos lugares cargados de belleza que nos regala la geografía local. Cantabria es, por ejemplo, una Comunidad idónea para este tipo de viajes.
Muchas de estas ubicaciones contienen paisajes espectaculares, además de presentarse como destinos de paz y tranquilidad donde respirar aire fresco, lejos del ruido y la contaminación de las grandes ciudades. Un pueblo de Potes, en Cantabria, ha sido catalogado por la revista de viajes Lonely Planet como el pueblo más bonito de España.
Potes, en Cantabria: un pueblo con mucho encanto
Si bien los lugares costeros tienen una magia especial, los paisajes rocosos también tienen su encanto. Por eso, y elegido entre varios municipios, el pueblo montañoso de Potes se presenta como uno de esos maravillosos rincones de España.
Hablamos de una pequeña villa al norte de España, situada en la comarca de Liébana, a poco más de una hora de la ciudad de Santander (Cantabria). La misma está rodeada de espectaculares montañas en la que confluyen ríos y arroyos. Sus calles, atravesadas por numerosos puentes, cuentan con edificios y monumentos con siglos de historia.
En esta localidad de Cantabria son muy conocidos los edificios tipo casonas y palacios solariegos, entre ellos la Casa-torre de Orejón de la Lama o la iglesia parroquial de San Vicente, que posee elementos constructivos que van del siglo XIV al siglo XVIII. También los puentes antiguos de San Cayetano y de la Cárcel.
Rutas de senderismo para los amantes de la naturaleza
Como decimos, la visita a pueblos como el de Potes promete una experiencia enriquecedora, ya que hay innumerables puntos de interés para explorar. Se caracteriza como el destino ideal para los amantes de la naturaleza, las montañas, para los apasionados de la historia y la cultura… y también para los deportes del aire libre y el buen comer.
¿Y cuándo es mejor conocerlo? Lo cierto es que Potes se puede visitar en cualquier época del año. El verano es la estación más animada y propicia para la realización de diversas actividades y excursiones, pero Potes es un destino que en invierno también se deja querer. Sobre todo porque encontraremos siempre un encuentro de paz donde relajarnos y disfrutar del entorno, las vistas y los paseos por la montaña.
Es así que gracias a su impresionante entorno natural, pueblos como este de Cantabria son idóneos para practicar deportes en cualquier temporada: senderismo, rutas de montaña para bicicleta, turismo ecuestre, escalada, esquí de travesía, parapente, caza o pesca.
Para comer, en la gastronomía de Potes destaca el cocido lebaniego, que combina la berza o el repollo y los garbanzos con diferentes carnes de cerdo y ternera. Es un plato alternativo del montañés en Cantabria, que es el más típico con el que disfrutar una ruta por este bonito pueblo. En los restaurantes de la localidad nunca falta esa especialidad, que en invierno permite afrontar el frío del norte y en verano las suaves temperaturas a las puertas de los Picos de Europa.
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