El FC Barcelona fue la gran sensación del tramo inicial de esta temporada. El cambio de filosofía del equipo con Hansi Flick se hizo notar prácticamente al instante, y no solo en liga, también en Europa. De hecho, no se puede olvidar la formidable última semana de octubre en la que pasó por encima del Bayern de Múnich y Real Madrid, dos de sus grandes rivales, con sendas goleadas.
Sin embargo, todo cambió. Y es que ese panorama idílico, con un rendimiento extraordinario en los primeros tres meses de competición dio un vuelco en noviembre. Una cuestión que también se ha agravado en lo que va de diciembre, aún de victorias como la acontecida en Dortmund. Es por esto que los pinchazos frente al Leganés, Las Palmas, Real Sociedad u Osasuna hayan hecho por saltar las alarmas en el FC Barcelona.
El FC Barcelona ha entrado en crisis
‘Están tirando la liga’ se atreven a vaticinar algunos. Y no es que sea estrictamente así, como refleja la clasificación, pero sí que a estas alturas de casi final de diciembre, los de Hansi Flick ya han perdido 10 puntos de los últimos 15 disputados.
De hecho, y aún de ser colíder junto al Atlético de Madrid (aunque con un partido más), los de Hansi Flick son el ‘colista’ de las cinco últimas jornadas, por detrás de Valencia y Alavés, habiendo sumado solo dos puntos (el 1-5 en Mallorca fue adelantado y pertenece a la jornada 19).
Nadie se lo explica, ni dentro ni fuera del FC Barcelona. Pero sí que puede haber alguna que otra clave. Por ejemplo, que desde la segunda parte ante el Espanyol (victoria por 3-1), los culés se han ido desfigurando.
La defensa se desfigura y se vuelve vulnerable
Las consecuencias han sido inmediatas. Lo peor es que contra el Celta de Vigo se escaparon dos puntos en los cinco últimos minutos y en Sevilla, en el descuento. La derrota ante una agarrotada Real Sociedad podía suceder, pero no entraba el estropicio frente a Las Palmas, jugando en casa.
Uno de los aspectos principales en las derrotas y empates sufridos es que se repite la misma tónica: el equipo suele salir adormilado e inseguro, por ejemplo ante el Betis. Tampoco es la primera vez. Suerte, entonces, que Raphinha e Iñaki Peña salvaron un par de goles con sus intervenciones.
Ello hace ver que la defensa culé se ha vuelto más vulnerable, al menos con lo visto al inicio de temporada. Y es que, desde el 0-4 del Clásico ante el Real Madrid, el FC Barcelona ha jugado 10 partidos entre todas las competiciones y solo en uno, contra el Brest en Champions, logró irse con la portería a cero (el del Brest).
La dependencia de Lamine Yamal
El equipo ha sido más endeble en el momento en que ya no le funciona tanto la táctica del fuera de juego. Si no se tira la línea bien, Iñaki Peña, que ha encajado 14 goles, es más vulnerable.
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También se ha notado una dependencia sobre Lamine Yamal, más en los tiempos en los que ha estado lesionado, en donde las estadísticas hablan por sí solas: con Yamal de titular, el FC Barcelona ha disputado 15 partidos, logrando 14 victorias y solo una derrota contra el Mónaco. Sin él de titular, en los dos partidos que han jugado, ambos han terminado en derrota (Osasuna 4-2, Real Sociedad 1-0).
Los rivales han encontrado portería
De todas formas, y aunque los resultados han ido en su contra, no se puede decir que los de Flick se hayan despedido de los títulos, ni mucho menos. Parece más pronto que tarde que el rumbo volverá a enderezarse una vez hayan solucionado sus fallos, sobre todo después de que los rivales hayan encontrado la manera de acudir a su portería.
Todo esto hace ver que el FC Barcelona no era infalible en los meses de septiembre y octubre, pero tampoco es una calamidad en los de noviembre y diciembre. En condiciones normales, por ejemplo, habría remontado a un Leganés al que Dmitrovic salvó en una primera mitad primorosa. Tampoco el Celta de Vigo le habría empatado el Celta en el minuto 86 y mucho menos el Betis en el 94.
Y es que todo lo que les salía bien en el primer tramo del campeonato ahora le sale ahora mal. Pero Flick cree tener una solución. La actitud debe mejorar, pero también desde el banquillo se pueden hacer cosas. Falta movimiento y falta menear el árbol.