La Champions se ha convertido en una dura prueba para el Real Madrid, el equipo más laureado de Europa. Los blancos cayeron en Anfield tras un partido aceptable, sostenidos por las intervenciones salvadoras de Thibaut Courtois. Sin la presencia de Vinicius, Kylian Mbappé no logró estar a la altura de las expectativas. El delantero francés, desconectado y melancólico, tuvo una actuación gris frente a un Liverpool que dominó el encuentro, aunque también desperdició varias ocasiones. La gran oportunidad para el Madrid llegó con un penalti que Mbappé no pudo convertir, detenido por Kelleher, lo que terminó de sellar una noche amarga. Además, la lesión de Eduardo Camavinga complicó aún más el panorama, dejando a los merengues con una difícil tarea para asegurar su pase a la siguiente fase.
La ausencia de Vinicius fue un golpe importante para los planes de Carlo Ancelotti. El técnico optó por alinear a Brahim Díaz como falso nueve, una solución que no pudo igualar el impacto del brasileño. Para reforzar el centro del campo, Ancelotti apostó por Luka Modric, dejando fuera a Dani Ceballos. Durante los primeros quince minutos, el Madrid mostró buen nivel y se atrevió a disputar el control del partido, aunque Courtois ya había sido clave para evitar un gol temprano de Curtis Jones con una parada espectacular. El belga, secundado por un salvador Raúl Asencio, mantuvo a su equipo con vida en una primera parte tensa y disputada.
El Liverpool, bajo el mando de Arne Slot, mantuvo la intensidad característica de la era Klopp. Subió la presión tras el descanso y puso en apuros al Madrid, que comenzó a cometer errores cerca de su área. Fue en este contexto cuando Mac Allister aprovechó un buen pase de Bradley para batir a Courtois con un remate preciso, poniendo en ventaja al equipo inglés. La noche se tornó aún más complicada para los blancos con la salida de Camavinga por lesión, obligando a Ancelotti a mover el banquillo con las entradas de Ceballos y Lucas Vázquez. Este último provocó un penalti que Mbappé desperdició, una señal más de que no era su noche.
El Madrid intentó reaccionar, pero se expuso a los contragolpes de un Liverpool letal. Salah estuvo cerca de sentenciar desde los once metros tras un derribo de Ferland Mendy, pero su disparo salió desviado. En los minutos finales, un centro cerrado desde el córner encontró a Gakpo libre de marca, quien marcó el segundo gol para los locales, sentenciando el partido. Este resultado dejó en evidencia la diferencia actual entre ambos equipos: un Liverpool impecable en Champions y un Real Madrid lejos de su mejor versión.