Celia Madrid ha compartido con la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) como es un día en el que tiene que arbitrar un partido. Más concretamente, la árbitra murciana relata su experiencia como colegiada en los Campeonatos Autonómicos sub-15 y sub-17 que se celebraron en su tierra.
La reunión de árbitras, momento clave
Celia, siempre con una sonrisa, relata cuáles son los elementos indispensables que debe meter una colegiada en su maleta antes de poner rumbo al campo. «Lo que solemos meter en la maleta sería un pantalón para pitar, calcetas, botas y chanclas y las camisetas. Tenemos cuatro colores (negro, azul, amarillo y rojo) para poder diferenciarnos bien de las jugadoras de ambos equipos», relata Madrid mientras termina de preparar su equipaje introduciendo por último, y no por ello menos importante, la funda en la que reposan libreta, tarjetas y silbato.
Uno de los momentos más significativos del prepartido es la reunión que tienen las árbitras en la habitación antes de emprender el camino al campo. Una charla entre las cuatro en la que Celia Madrid, como árbitra principal, lleva la voz cantante y en la que más allá de hacer hincapié en conceptos técnicos arbitrales, sirve de comunión para las cuatro colegiadas que terminan juntando sus manos antes de levantarse.
Posteriormente, salen del hotel todas las colegiadas para que cada uno de los equipos arbitrales ponga rumbo a sus respectivos partidos. Celia y las suyas ya están preparadas para dirigir el Comunidad Valenciana – Canarias sub-15 y para ello, cuenta ella misma en el propio autobús, repasan conceptos entre las cuatro y se motivan con música.
Los nervios de una árbitra… y la satisfacción final
Recién llegadas al campo, toca ultimar detalles. «Lo primero que hacemos es cambiarnos. Después nos ponemos a sincronizar los pinganillos y, además, vamos revisando las equipaciones y alineaciones de las jugadoras, para meterlas en la aplicación», comenta.
Cuando se acercan las diez de la mañana, aumenta ese cosquilleo de la que sabe que va a hacer lo que le apasiona. Salen las colegiadas al campo, cogiendo Celia Madrid la pelota depositada en la peana y, tras las fotos oficiales y el sorteo de campos, por fin comienza el partido. Momento que requiere la máxima concentración y compenetración entre las cuatro árbitras: «Durante el partido tenemos que estar atentas a cada jugada e intentar no perder la concentración nunca. Algo clave para mí es mantener comunicación constante con mis asistentes; son esenciales».
Y tras un gran partido, toca poner el broche final. Celia Madrid y el resto de su equipo arbitral recorren el terreno de juego para encontrarse en el centro y, de nuevo con una gran sonrisa, volver a juntar sus manos derrochando satisfacción por el trabajo bien hecho.
