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Un escándalo en la venta de entradas ensombrece la final de la liga de fútbol de Estados Unidos

Ha sido algo parecido a los ataques que sufren de cuando en cuando los sistemas informáticos de los operadores financieros. Menos grave, por supuesto, pero quizá con consecuencias más pasionales: la venta de entradas para la final de la Liga de fútbol de los Estados Unidos (la Major League Soccer), que se celebrará el próximo sábado entre Columbus Crew y Los Angeles Football Club (no confundir con Los Angeles Galaxy de Riqui Puig) en el campo del primero, fue presuntamente pirateada por una plataforma digital de reventa.

El resultado fue dramático… para los seguidores de Columbus Crew. Según la reconstrucción de los hechos que ha conseguido hacer el club, el código de preventa de entradas que se facilitaba a los abonados tradicionales de la entidad fue filtrado a terceros, que se apresuraron a venderlos a cualquier postor por precios estratosféricos.

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Riqui Puig, durante un evento de la MLS.

Las localidades se agotaron en algunas pocas horas y el negocio resultó redondo. Entradas cuyo coste medio rondaba los 85 euros al cambio se vendieron por más de 550 euros.

Es más: el margen de beneficio conseguido por los reventas seguramente fue mucho mayor en no pocos casos, pues buena parte de esos tickets estaban reservados para los aficionados de una determinada zona situada en el norte del estadio Lower.com Field, donde juegan los Crew, en la cual los precios son mucho más baratos.

Consecuencias deportivas

Peor aún: el daño no solo era económico. En esa zona, se asientan los seguidores más fieles y activos del equipo. Estos se agrupan en una asociación llamada The Nordecke, un término derivado de Nor-Deck-Ah!, algo así como Terraza norte-ah!, que hace referencia precisamente a la situación de esa área en el recinto.

Así pues, la operación de los revendedores daba lugar a que, en el mejor de los casos, esos fieles y ruidosos seguidores se hallaran dispersos por el estadio en el caso de conseguir otra entrada; y a que la Nordecke fuera invadida por espectadores mucho más tibios a la hora de apoyar al equipo.

Esto explica las amargas quejas y advertencias que hizo de inmediato Kourtney Sullivan, directora de Operaciones Match-Day de The Nordecke: «Los revendedores consiguieron hasta 400 listados de entradas. Esto refleja que la preventa estuvo mal organizada y que no se puso el cuidado necesario para que los seguidores de The Nordecke fueran al estadio. ¡Y todavía quieren tener el día del partido el mismo ambiente que se genera en cualquier encuentro del Crew!… ¿Cómo? Sin música de viento, sin nadie que dirija los cánticos, sin suficientes seguidores… ¿Con quién contaremos para crear ese ambiente?».

El factor campo, en peligro

La advertencia de Sullivan no es baladí: la final se presenta particularmente apretada.

Columbus Crew ganó una de sus dos únicas Ligas hace solo tres años, pero Los Angeles FC (el equipo en el que militó Gareth Bale, héroe de la última final de la MLS, y en el que juegan ahora dos viejos conocidos: Giorgio Chiellini y Carlos Vela) consiguió el año pasado el único campeonato que posee y es un equipo más experimentado. Por ello, el “factor campo” podría resultar decisivo para equilibrar las fuerzas… a condición de que los aficionados de The Nordecke ejerzan como tales.

Eso sí, el escándalo de los tickets podría tener un final feliz para estos. El club y la MLS han asegurado que han sido capaces de anular las entradas fraudulentas y revenderlas a los abonados tradicionales del equipo.

Aunque de momento no hay más detalles, fuera de esta declaración, Chris LaMacchia, director de Comunicación de The Nordecke, se ha dado por satisfecho con ella y con la apertura de esta otra vía alternativa de compra de localidades.

En cualquier caso, parece seguro que el estadio se llenará. Apenas quedan entradas y estas no son precisamente asequibles: casi 500 euros para ver el partido de pie y más de 900 euros para verlo sentado.

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