La FIFA aceptó el pasado jueves, 9 de febrero, la ficha que necesitaba el niño maliense Souleymane para jugar con su equipo de La Laguna (Tenerife). Además, ha dado instrucciones para que se aplique más positivamente la excepción humanitaria al resto de los menores que llegan en patera a España.
Souleymane (un nombre ficticio, que se usa por obvias razones de respeto y protección al niño) acaba de cumplir 12 años y lleva meses entrenándose en un club de un barrio de La Laguna. Sin embargo, no podía participar en los partidos como jugador, porque no recibía “luz verde” para ello por parte de la FIFA.
“Carta para los señores del fútbol”
Por ello, el niño decidió escribir una “Carta para los señores del fútbol” frente a la cual era difícil permanecer indiferente.
En ella, explicaba su caso con claridad y declaraba que “me gusta mucho jugar de media punta, en los entrenamientos siempre me esfuerzo lo máximo para dar lo mejor de mí, también me gusta aprender a jugar en equipo”.
Añadía que “los compañeros de mi equipo son los mismos niños que los que voy al cole y con los que en el parque comparto muchas cosas porque son mis amigos”.
Y, en la parte final del texto, lanzaba un mensaje difícil de olvidar: “No entiendo por qué a ellos les dejan jugar y a mí no, la única diferencia entre ellos y yo es que soy negro y he nacido en África y eso es lo que menos debería importar, pero en este caso no es así”.
Un positivo cambio a petición de España
La FIFA ha confirmado su decisión de que se inscriba a Souleymane a la magistrada Reyes Martel, juez de Menores de Las Palmas de Gran Canaria. Esta ya le había convencido en noviembre de 2022 de cambiar la normativa sobre los traspasos internacionales de menores a fin de adaptarla a la particularidad de los niños que están bajo la tutela del Gobierno de Canarias y otras administraciones públicas.
En ese mismo mes, la FIFA aceptó, a petición de España, una modificación del Reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores. Este cambio amplía la aplicación de la excepción humanitaria, ya existente, que amparaba a los niños que han sido reconocidos como vulnerables y que requieren protección del Estado, siempre y cuando el club que los inscriba no tenga el estatus profesional.
Hasta ahora, la mayoría de las solicitudes de registro que estos clubes no profesionales realizaban eran rechazadas. El problema parecía radicar en cómo interpretaba la FIFA la condición de que fueran niños protegidos por el Estado, porque en España las competencias al respecto están en manos de los gobiernos autonómicos.
Otro problema residía en que, para efectuar la inscripción, se exigía una carta firmada por los padres del menor explicando los motivos de su traslado a España. Sin embargo, este requisito resultaba de cumplimiento imposible en muchos casos, como el de Souleymane, porque los progenitores no se encuentran con los niños, sino que siguen en África; y, en algunos casos, ni si quiera son localizables.
En adelante, se animará a los propios niños a que escriban una carta sencilla en el que expliquen su caso, tal y como hizo el protagonista de esta noticia.
