La última final de la Champions, disputada en París el 28 de mayo del pasado año en el Stade de France de Saint-Denis, será recordada no solo por la victoria del Real Madrid sobre el Liverpool, por el gol de Vinicius y por la sucesión de grandes paradas de Courtois, sino también por los graves incidentes de seguridad que se produjeron antes y después del encuentro.
Muchos aficionados sufrieron problemas de transporte, problemas para acceder al estadio, problemas por la indiscriminada y violenta actuación de la Policía, problemas por los ataques perpetrados por bandas locales que se aprestaron a robar a quienes llegaban o salían de un barrio, Saint-Denis, que no se caracteriza precisamente por su elevado nivel de su seguridad…
Un largo y detallado Informe
La UEFA acaba de hacer público el Informe sobre estos graves incidentes. Su elaboración fue encargada a un grupo de trabajo integrado por expertos independientes y dirigido por Tiago Brandão Rodrigues —ministro de Educación, Juventud y Deportes del Gobierno portugués entre 2015 y 2022—, con el fin de determinar las causas y elaborar recomendaciones para prevenir que vuelvan a producirse.
El Informe, tan largo como detallado (el texto principal se extiende más allá de las 200 páginas y el apéndice documental casi llega a las 3.000), ha sido realizado sobre la base de un amplio conjunto de entrevistas y testimonios suministrados por numerosos testigos, incluidos los aficionados del Liverpool y del Real Madrid, así como por representantes de diversas entidades implicadas.
Como suele suceder con informes tan detallados y minuciosos, el texto evita la formulación de juicios o conclusiones excesivamente simples y tajantes. Sin embargo, algunos de sus pasajes son francamente directos.
Una organización y una actuación defectuosas
Por ejemplo, señala que el grupo de trabajo “ha llegado a la conclusión de que hubo dos fallos organizativos generales que están en la raíz de lo que salió tan desastrosamente mal en París. En primer lugar, el modelo de la UEFA para organizar el encuentro era defectuoso, ya que no existía un control o supervisión general de la seguridad. En segundo punto, el modelo de seguridad y servicios establecido en el Convenio de Saint-Denis se ignoró en favor de un enfoque securitizado que se basaba de manera inapropiada en la incorrecta suposición de que los seguidores del Liverpool FC representaban una amenaza al orden público. Esa inexplicable idea errónea dio ocasión a un planteamiento policial que carecía de capacidad de compromiso, y que fracasó activamente a la hora de integrarse en un marco multi institucional coherente”.
De hecho, con ocasión de la publicación del Informe, el Secretario General de la UEFA, Theodore Theodoridis, ha pedido disculpas no solo de manera general a todos los afectados, sino muy en particular a los seguidores del Liverpool “por las experiencias que muchos de ellos tuvieron al asistir al partido y por los mensajes lanzados antes y durante el partido que tuvieron el efecto de culparles injustamente de la situación que llevó al retraso del saque inicial.»
El Informe también cuestiona el tópico de que el problema esencial fuera generado por los aficionados que trataron de entrar en el campo sin entradas. “Las afirmaciones sobre el gran número de aficionados sin entradas y con entradas falsas han sido erróneamente exageradas y se han inflado para desviar la responsabilidad de los fallos operativos y de planificación cometidos por diversas instancias implicadas. Esto es censurable y afecta a la UEFA, a UEFA Events SA, a la Federación Francesa de Fútbol, a la Prefectura de Policía y a funcionarios del Gobierno francés”.
Ocho causas principales
De acuerdo con el equipo de Brandão Rodrigues, los factores que tuvieron mayor impacto en los graves incidentes fueron ocho: haber concentrado excesivamente la llegada de la abrumadora mayoría de los seguidores del Liverpool a través de la línea de tren RER D; no haber canalizado eficazmente el acceso seguro de estos aficionados al estadio; la venta de dos tipos de entradas, unas impresas y otras digitales; la deficiente fijación de los accesos al perímetro de tornos de entrada al campo; las agresiones a los aficionados por parte de grupos locales en los alrededores del Stade de France; el uso de botes de gas lacrimógeno y de sprays de pimienta por parte de la Policía en espacios reducidos y que, aunque estaban dirigidos a los grupos de agresores, afectaron a mucha gente de manera indiscriminada; y, por último, la ausencia de planes de contingencia
El Informe se cierra con la formulación de hasta 21 Recomendaciones para tratar de evitar que este tipo de graves sucesos vuelvan a producirse.
La UEFA, que ha mostrado su satisfacción por la calidad y rigor del Informe, ha declarado que está evaluando sus conclusiones “en relación con su propio análisis de la organización del evento y de los hechos que se produjeron en torno al mismo”, así como revisando sus recomendaciones “con el fin de introducir los cambios y disposiciones adecuados para garantizar el máximo nivel de seguridad para los aficionados en futuras finales”.
Ha añadido, además, que “anunciará por separado un plan especial de reembolso para los aficionados” que sufrieron las consecuencias de los graves incidentes registrados aquel día