Aunque parezca imposible, puede haber seguidores de un club histórico que odien más a su propietario actual que los aficionados del Manchester United a la familia Glazer. No se trata de un club de fútbol, sino de baloncesto: los New York Knicks.
En todo caso, como no hay nada peor que ver cumplido un deseo apasionado, igual el remedio es peor que la enfermedad: parece que inversores de Abu Dabi y/o Catar estarían estudiando la compra —o, más bien, una participación importante— del club neoyorquino. Y, si no salera esta operación, se plantearían la adquisición de una participación relevante en algún o algunos otros.
Por el lado de Abu Dabi, el instrumento sería la Mubdala Investment Company, el fondo soberano del país árabe, que es propiedad al 100% del Gobierno del emirato. En cuanto a Catar, la operación se haría a través de Qatar Investment Authority, el fondo soberano catarí que es propietario del Paris Saint-Germain desde hace una docena de años.
Precisamente, la naturaleza de ambos como fondos soberanos hace prácticamente imposible que puedan comprar en estos momentos más de un 20% de los Knicks o de cualquier otro club de la NBA, pues es el tope que esta tiene actualmente fijado para la entrada de ese tipo de fondos en los equipos de la asociación.
Un estridente propietario
Desde 1995, la empresa propietaria de los Knicks —y de los New York Rangers de la liga de hockey sobre hielo— es Madison Square Garden Sports (MSGS), cuya cabeza visible es el muy controvertido James Dolan. Además, tiene la concesión del propio Madison Square Garden desde hace 60 años.
El multimillonario Dolan, heredero entre otros importantes negocios de Cablevision y de la HBO, goza de un currículum plagado de conflictos y acusaciones que incluye frecuentes despidos de entrenadores, uso del reconocimiento facial para prohibir la entrada al Madison de centenares de personas a quienes considera sus enemigos, apoyo entusiasta a Donald Trump, violación de la legislación de bebidas alcohólicas, prácticas supuestamente anticompetitivas, y generosas donaciones a demócratas y republicanos.
¿A su favor? Los resultados… económicos. Compró el club por 600 millones de dólares y se dice que el patrimonio actual de la entidad supera los 6.500 millones.
Sin embargo, los resultados deportivos son francamente humillantes, por decirlo suavemente, para uno de los clubs con más historia de la NBA: solo una final desde 1995 (fue en 1999 y la perdieron por 4-1 contra los Spurs) y únicamente cinco presencias en playoff desde 2002, de las cuales solo una vez lograron pasar de la primera ronda (fue en 2013: ganaron a los Celtics, pero perdieron a continuación con los Pacers).
Precedentes significativos
Aunque Dolan parece dispuesto a aferrarse al Madison y, quizá, a los Knicks con uñas y dientes —lleva años tratando de que se le otorgue la concesión del recinto ¡a perpetuidad!—, la especulación sobre la posibilidad de que venda un 20% del equipo no es absurda.
Primero, porque el presidente de MSGS, David Hopkinson, declaró a principios de este mes que podrían estar interesados en una operación de ese tipo; y, segundo, porque uno de los accionistas de MSGS es la empresa de inversiones Silver Lake Management, que tiene fuertes vínculos con Abu Dabi y que, por cierto, es también accionista del Manchester City.
No sería la primera vez que uno de esos dos fondos soberanos árabes trata de entrar en la NBA. Se cuenta que Qatar Investment Authority se sumó en su momento a una oferta de 3.000 millones de dólares formulada por un par de empresas de capital riesgo para comprar los Phoenix Suns de la NBA y las Phoenix Mercury de la WNBA.
No lo lograron, pues la oferta ganadora fue la planteada por la empresa de préstamos hipotecarios United Wholesale Mortgage de los también multimillonarios hermanos Mat y Justin Ishbia, que se hicieron con ambos clubes por 4.000 millones de dólares el pasado 6 de febrero. Así pues, los cataríes fracasaron a la primera. Pero igual a la segunda…