Como dicen en algunos pueblos de España, “se veía de venir…”. Raine Group, el banco de inversiones encargado por los Glazer, propietarios del Manchester United, de gestionar la (supuesta) venta del club ha decidido aplazar 48 horas más el límite aparentemente “definitivo” que ellos mismos habían fijado para recibir ofertas de compra, el cual acababa ayer, miércoles, a las 22:00 horas continentales.
No en balde, ayer nos dimos el lujo de encabezar irónicamente un avance sobre el tema con el titular de “Cerrado el plazo de recepción de ofertas para la compra del Manchester United… o no”. Era barato profetizarlo, porque toda esta interminable historia ha estado plagada, desde que empezó en noviembre del año pasado, de repetidas y hasta bastante toscas maniobras de la “dupla” Glazer-Raine para “calentar” el partido como sea con el fin de que alguien ofrezca los 6.000 millones de libras (unos 6.800 millones de euros) que los propietarios estadounidenses quieren conseguir con la venta.
El resultado inmediato del aplazamiento es que los dos ofertantes que, a la hora de la verdad, son de momento los únicos que han puesto una propuesta concreta sobre la mesa la han retirado. Y, conviene recordarlo, ni son dos cualesquiera ni las cifras planteadas son precisamente despreciables.
¿Cifras por encima de lo razonable?
Uno es el multimillonario británico Jim Ratcliffe, accionista mayoritario de una de las mayores empresas químicas del mundo —INEOS—; y el otro es el jeque Hassim bin Hamad al-Thani, presidente del Banco Islámico de Catar y miembro de la familia que gobierna el emirato (y, por tanto, como bien revela su último apellido, pariente del propietario del Paris Saint-Germain, lo que podría complicarle la posible compra del Manchester United por un problema de incompatibilidad, según las normas de la UEFA).
Según se ha dicho, ambos hicieron en su día ofertas situadas en el entorno de los 4.500 millones de libras (más de 5.000 millones de euros), cantidad superior al valor actual del club en la Bolsa de Nueva York, que es de cerca de 3.800 millones de euros. Sin embargo, tal cantidad queda lejos, muy lejos, de esos 6.800 millones de euros que quieren los Glazer.
Las ofertas iniciales de ambos ofertantes parecían más que generosas, sobre todo si se tiene en cuenta de cuál es la situación real del club (una deuda de casi 700 millones de euros, un estadio que empieza a caerse a trozos, unos resultados deportivos impropios de un equipo con su historia…). Sin embargo, ya se sabe cómo son los millonarios caprichosos y los emires del Golfo cuando se trata de comprar equipos: los dos ofertantes subieron sus apuestas horas antes del “cierre definitivo” de ayer hasta situarlas en unos 5.700 millones de euros, si es que no en 6.000 millones, según sean quienes lo cuentan.
Y, como es lógico, las han retirado una vez que el final del plazo ha sido… aplazado.
La historia continuará
¿Asomarán la cabeza nuevas ofertas en las próximas 48 horas? Es lo que muy probablemente quieren los Glazer y el Raine Group. O meter más presión con tal amenaza para que Ratcliffe y Al-Thani suban de nuevo las suyas. Para ello, han difundido “sotto voce” que hay otras seis en marcha.
De momento, solo se sabe de una: por las oficinas del club se han pasado los representantes de un “hedge fund”, Elliott Management, pero dicen los enterados que no quieren comprar el club, sino solo financiar la operación a quien de veras desee hacerlo; y añaden que las cinco restantes supuestas ofertas bien podrían ser del mismo tipo.
En todo caso, dé por seguro el lector que es poco probable que la historia acabe el viernes próximo, a las 22:00 horas continentales. Raine Group podría argumentar que es mejor esperar al lunes antes de anunciar nada. Y, además, lo que posiblemente anunciaría no sería el final de la historia.
En efecto, si se cumplen las formalidades que en operaciones financieras de este tipo son habituales, lo que previsiblemente harán es anunciar (si lo hay) un “preferred bidder”, es decir, el “ofertante preferido”, sin más compromiso.
Pero este, a su vez, sólo habrá presentado lo que se denomina una “non-binding bid”, esto es, una “oferta no vinculante”. Tendrá derecho a hacer una “due dilligence”, es decir, examinar con lupa toda la documentación sensible del club que le permita evaluar con más detalle los riesgos de la operación antes de plantear una oferta realmente firme y vinculante, la cual podría ser o no igual a la “no vinculante”.
Y, seguidamente, el “tándem” Raine-Glazer podría rechazarla. De hecho, ya se dice que tiene previstas dos opciones: abrir un auténtico proceso de subasta para fomentar de nuevo que se suban más las ofertas o cancelar el proceso de venta y poner en marcha alguna “alternativa imaginativa” con la familia dentro del club… algo que los seguidores de los Red Devils, que no ven el momento de que se vayan los Glazer de una vez por todas, considerarían una auténtica pesadilla).
Así pues, lo sentimos, querido lector, pero dentro de unos días habrá más.