Pues al final son cuatro, aunque solo dos parecen tener auténticas posibilidades: el multimillonario inglés, Jim Ratcliffe; el miembro de la familia real de Catar y presidente del Qatar Islamic Bank (QIB), Jassim Bin Hamad Al Thani; el príncipe Mohammed Bin Salman, cabeza visible del Public Investment Fund (PIF), fondo soberano de Arabia Saudita; y el americano Howard Marks, co-fundador de Oaktree, el mayor fondo del mundo especializado en invertir… en empresas que atraviesan dificultades.
Estos son, al parecer, los cuatro jinetes que han llegado a la recta final de la carrera por la compra del Manchester United. No obstante, las últimas apuestas sugieren que solo los dos primeros, y en especial el catarí, tendrían auténticas posibilidades de ganarla.
Los actuales propietarios del club —la familia americana Glazer, particularmente odiada por buena parte de la afición de los Red Devils casi desde el mismo momento en el que compraron el club hace ya unos diecisiete años— habían fijado el 17 de febrero como fecha tope parta recibir ofertas.
No obstante, los Glazer han aclarado últimamente que no se trataba de un “hard deadline”, sino de un “soft deadline”, es decir, de un tope blando, sugerido o flexible. Nada que objetar, por supuesto, porque se trata de una operación privada puesta en marcha por ellos mismos. Pero la flexibilidad prorrogará un poco más la incertidumbre.
Mensajes a los aficionados
Hasta hace bien poco, la posición de Jim Ratcliffe parecía la más sólida. Este, además, había hecho un claro guiño “nacional” a los seguidores del club, que seguramente habrá sido bien recibido en un curioso contexto en el que solo tres de los 18 equipos de la Premier League (Tottenham, Brentford y Brighton) están en manos de propietarios británicos. Su mensaje era claro: la suya es “una oferta británica para hacer del club el ejemplo emblemático de un planteamiento moderno, progresista y centrado en el aficionado.”
Claro, que el jeque Al Thani, educado por cierto en la Academia Militar de Shandhurst, situada en el condado inglés de Berkshire, se ha apresurado a declarar que es “supporter” del United “de toda la vida·”; y, sobre todo, ha enviado también a sus seguidores un mensaje muy intencionado: si prospera su ofertal, el club se liberará de todas sus deudas.
No es solo un mensaje económico, sino también emocional: los “fans” de los Red Devils siempre han visto como un baldón humillante que el club se haya endeudado gravemente, por primera vez en su historia, “gracias” a la gestión de los Glazer.
Quedan obstáculos
En todo caso, los rumores apuntan a que la oferta catarí estaría en el entorno de los 5.000 millones de libras, probablemente por encima de la formulada por Jim Ratcliffe… aunque lejos de los 6.000 millones a los que aspiran los Glazer.
Parece que el siguiente movimiento estará en manos de los Glazer, seguramente a través de una preselección de licitadores, que es lo habitual en estos casos.
Sin embargo, seguramente no será el único paso necesario. Otro, no precisamente menor, será aclarar si la posible compra del club por los cataríes se ajusta a la norma de la UEFA según la cual esta puede excluir de la Champions a dos clubes si los propietarios de uno de ellos tienen una «influencia decisiva» sobre el otro.
¿Sería este el caso? Juzgue el propio lector: el fondo Qatari Investment Authority, propietario del Paris Saint-Germain, posee un 17% del banco QIB presidido por el jeque que se quiere hacer con el Manchester… si bien este se ha apresurado a subrayar que lo compraría a cuenta de su patrimonio privado…