New England Revolution
💰​ Economía

Los New England Revolution se quedan sin nuevo estadio

Llevaban tiempo intentándolo y todo parecía ir sobre ruedas. Sin embargo, el proyecto ha descarrilado al final. Las cámaras legislativas del Estado de Massachusetts han llegado a un acuerdo presupuestario que incluye la recalificación urbanística de los terrenos de una central eléctrica abandonada en la ciudad de Everett en la que los New England Revolution querían edificar un nuevo estadio de fútbol.

El club es propiedad de The Kraft Group, un holding estadounidense con presencia en negocios inmobiliarios y deportivos, e inversiones en un amplio abanico de otros sectores, que solo coincide en el nombre con las famosas empresas de alimentación.

Los objetivos de su proyecto respondían a una incuestionable racionalidad económica y deportiva: aproximar el recinto en el que juega el equipo a la ciudad de Boston, dotar a este de un campo propio y desarrollar diversos negocios (inmobiliarios, restauración, conciertos, eventos, etc.) en las nuevas infraestructuras.

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📈​ Una sustancial mejora

En la actualidad, los revs juegan en el Gillette Stadium de Foxboro, pero lo comparten con los New England Patriots, un equipo mítico de fútbol americano que ostenta el récord histórico de títulos ganados de la National Football League (NFL) —seis Super Bowls—, empatados con los Pittsburgh Steelers.

Esta situación no genera ningún problema desde el punto de vista de la propiedad. The Kraftt Group compró los Patriots en 1994, fundaron los Revolution al año siguiente y financiaron a continuación la construcción del estadio, que abrió sus puertas en 2002. O sea, que todo queda en casa.

Sin embargo, el Gillette Stadium está a 45 kilómetros de la ciudad de Boston, una distancia nada excesiva, pero cuyo trayecto puede exigir hasta dos horas si el tráfico no ayuda. Además, su capacidad es de casi 70.000 espectadores, una cifra más que razonable para los seguidores de los Patriots, pero excesiva a todas luces para las más modestas audiencias de cualquier equipo de la Major League Soccer (MLS), que normalmente no supera los 20.000 espectadores de media.

En contrapartida, Everett está a menos de siete kilómetros de Boston —lo cual favorecería notablemente el transporte y la asistencia al estadio de los espectadores de soccer, menos fieles y enganchados que los del fútbol americano—; y el nuevo recinto tendría una capacidad de 25.000 espectadores, más adecuada para aprovechar con mayor eficacia el “factor campo”.

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💲​ Una suculenta oferta

The Kraft Group hizo una oferta muy atractiva a las autoridades locales. Aparte del interesante polo de atracción de nuevas actividades que supondría el estadio y la eliminación de la triste fisonomía que crea la abandonada central eléctrica, estaba dispuesto a gastarse más de 9 millones de euros en un fondo para desarrollar viviendas asequibles, más de 4,5 millones parta la construcción de un nuevo centro comunitario, donar el 10% de las 17,5 hectáreas del terreno para desarrollar un parque público y abrir el uso del nuevo recinto para otros usos locales.

A los munícipes les sonó muy bien. Sin embargo, el Senado del Estado de Massachussetts ha decidido finalmente mantener la calificación urbanística de la zona como “Área Portuaria Designada”, lo que limita el uso de sus parcelas a necesidades relacionadas con el puerto.

El senador Aaron Michlewitz, uno de los principales responsables de la decisión, ha admitido que hace un año todo parecía indicar que la recalificación sería aprobada, pero que ahora se trata de “un momento diferente y una discusión diferente”.

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Estas diferencias actuales parecen centrarse, entre otros factores, en que los grupos ambientalistas locales no se ponen de acuerdo sobre el proyecto —“algunos dijeron que lo apoyaban, otros dijeron que estaban en contra”, apunta Michlewitz—; en que Michelle Wu, alcaldesa de Boston, estaba disgustada por no haber participado formalmente en el debate… y en la oposición de los propietarios del Boston Garden —sede de los Celtics de la NBA y de los Bruins de hockey— a tener un competidor a 5 kilómetros de su estadio

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También ha pesado en la decisión el hecho de que algunos de los que se han opuesto a la recalificación han advertido de que el trámite legislativo empleado para tratar de conseguirla, al estar incluido en una importante propuesta presupuestaria de mucho mayor alcance, debería haber sido más detallado, amplio y transparente. Por ello, Michliewitz ha dejado abierta la puerta a que los promotores del proyecto presenten una nueva iniciativa al respecto que se halle sujeta a un proceso de audiencia más regular.

New England Revolution

Los jugadores del New England Revolution celebran un tanto en la MLS.

Carlo de Maria, alcalde de Everett, ha recogido el guante y ha declarado que continuará presionando a los legisladores para que aprueben la recalificación. “Sigo manteniendo que un estadio de fútbol profesional, financiado con fondos privados, que supondrá una inversión millonaria y un esfuerzo de alcance histórico para remediar la existencia de una central eléctrica abandonada, brindará oportunidades económicas a nuestros conciudadanos, promoverá y mejorará la red de transporte de la zona, y creará un acceso al río Mystic que es muy necesario” —ha subrayado—. “En suma, sería el mejor uso que se podría dar a esta parte de la costa de Everett”, sentenció.

Entretanto, New England Revolution deberá esperar a que un nuevo estadio le dé el impulso que necesita para consagrarse como auténtico equipo de élite de la MLS. El equipo capitaneado por Carles Gil —Valencia, Elche, Aston Villa— es uno de los equipos fundadores de la competición, séptimo en su clasificación histórica y cuenta con 5 subcampeonatos…, pero nunca la ha ganado.

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