Un de las frases más famosas y repetidas en un deporte lleno de frases famosas y repetidas es esa de que “el fútbol es un deporte muy competido en el que siempre gana Alemania”.
En realidad, como suele suceder con las frases famosas, la original es un poco diferente. La dijo un jugador inglés también famoso, Gary Lineker: “el fútbol es un deporte que inventaron los ingleses, juegan once contra once y siempre gana Alemania”.
Como es lógico, la frase ha circulado últimamente en su versión más popular, una vez más, a cuento del hecho casi extravagante de que Alemania no pasara en Catar de la fase de grupos. Una sorpresa que ha alimentado, también una vez más, la difusión del principio generalmente aceptado de que el fútbol es muy imprevisible y en él, como repiten un día sí y otro también los narradores de los partidos, “puede pasar cualquier cosa”.
Sorpresas, pero ni tanto ni tantas
Los datos disponibles prueban, en efecto, que el fútbol suele ser escenario de notables sorpresas. Cualquier aficionado podría citar diez en menos de medio minuto (pruebe el lector; seguro que supera la prueba). Sin embargo, no es menos cierto que, en nuestra percepción habitual, lo sorprendente suele destacar habitualmente de manera desproporcionada sobre un fondo en el que, en realidad, predomina claramente una repetida “normalidad”.
Por ejemplo, ¿es sorprendente que Marruecos haya pasado a semifinales y que Croacia haya eliminado a Brasil? Sin duda. Y ello abona la llamativa irrupción de lo sorprendente sobre lo habitual. Pero vayamos con el fondo de normalidad: lo anterior no evita que seis de las ocho selecciones que pasaron a cuartos de final en Catar (es decir, nada menos que el 75% de esas ocho) se hallaran también entre las ocho cuyos jugadores suman mayor valor de mercado, según datos del famoso Transfermakt. Y que a dos de las cuatro que pasaron a semifinales les ocurriera exactamente lo mismo.
Más aún: el valor de mercado de las ocho selecciones que estuvieron en cuartos representa la mitad del valor total de las 32 selecciones que compiten en el Mundial. Esto quiere decir, si lo ponemos en términos porcentuales, que el 25% de las selecciones totales de Catar 2022 —las que pasaron a cuartos— representaban nada menos que el 50% del valor económico total de los 32 equipos que iniciaron el campeonato. Y, a pesar del inesperado éxito de Marruecos y el menos insólito de Croacia, las cuatro que han pasado a semifinales tienen, en términos porcentuales, un valor de mercado claramente superior a su peso en el número total de combinados nacionales presentes en Catar (18,4% frente a 12,5%).
Hay sorpresas, sí, pero al final el éxito deportivo tiende a concentrarse de manera mucho más acentuada en los equipos más ricos, como es lógico.
Para sorpresas, España
Algo parecido se pone de manifiesto si contemplamos el asunto fijándonos en el número de puntos que han conseguido hasta semifinales las 32 selecciones del Mundial (y asignamos tres puntos a las que consiguieron pasar a las siguientes rondas en tandas de penaltis). Pues bien, si el lector permite que se use un indicador bastante menos intuitivo que el mero porcentaje, resulta que el coeficiente de correlación —es decir lo que sube o baja un dato cuando sube o baja otro— entre puntos obtenidos y valor de mercado es de algo más de un 0,5. Una correlación positiva bastante significativa, pues ese coeficiente no puede ser ni mayor que 1 ni menor que -1.
Sea como fuere, y aunque es bueno recordar que correlación no es lo mismo causalidad, parece que esta vez las matemáticas no engañan. Las innegables sorpresas destacan sobre un amplio y denso fondo de normalidad y, a veces, tendemos a subrayarlas en exceso.
Es verdad que, aunque lo más esperado era una victoria de Brasil sobre Croacia, la canarinha solo ha pasado de cuartos una vez en los últimos cinco Mundiales y los balcánicos, en cambio, fueron semifinalistas y finalistas en los dos últimos. Y lo es asimismo que, sin negar que sea sorprendente la victoria de Marruecos sobre Portugal, solo tres jugadores norteafricanos juegan en su modesta liga nacional y hasta 20 lo hacen en clubs europeos, algunos particularmente importantes y laureados (Bayern de Múnich, Chelsea, PSG, Sevilla…). Es decir, que no pocas sorpresas lo son menos si atendemos a los detalles.
Para sorpresas, en todo caso, que España haya sido la única selección de las ocho más ricas que no lograra pasar a cuartos de final…
Felizmente, por muchas razones que requieren más detalle, el fútbol es un deporte muy abierto a sorpresas llamativas… pero la verdad es que estas lo parecen aún más porque, en realidad, lo normal es que casi siempre ganen los más ricos. Claro, que escribir esto cuando a Marruecos le quedan dos partidos para poder ganar el Mundial resulta, como poco, una temeridad…