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Sudáfrica y el Tottenham: cuando un patrocinio se convierte en problema de Estado

La ministra de Turismo del gobierno sudafricano, Patricia de Lille, ha anunciado que el acuerdo de patrocinio al que había llegado el South African Tourism Board con el Tottenham Hotspur ha sido cancelado.

De Lille ha dado así carpetazo a un tema que había generado una intensa controversia nacional. Y lo ha hecho apenas 25 días después de tomar posesión del cargo.

En efecto, la ministra, líder y fundadora de un partido de izquierdas denominado Good y creado hace algo más de cuatro años, accedió a esa cartera ministerial el pasado 6 de marzo. Se convirtió así en el único de los 32 miembros del gobierno sudafricano que no pertenece al African National Congress (ASNC), un partido considerado como socialdemócrata que obtuvo el 57% de las votos en las últimas elecciones celebradas en el país.

Un objetivo ambicioso

Visto desde los ojos del South African Tourism Board, el acuerdo tenía sentido y hasta precedentes.

Empezando por esto último, Ruanda patrocina al Arsenal y las islas Mauricio tienen un acuerdo con el Liverpool. En cuanto a lo primero, la Oficina de Turismo calculaba que el patrocinio podría incentivar el turismo hacia Sudáfrica entre más de 600 millones de personas.

«Si conseguimos que el 1% de esa gente viaje aquí, tendremos 6 millones de turistas más», declaró Themba Khumalo, su consejero delegado en funciones, lo que supondría una importante contribución para conseguir el deseado objetivo de triplicar el número de visitantes del país, hasta alcanzar los 21 millones en 2030.

Sin embargo, el anuncio inicial de que el acuerdo implicaba la inversión de 56 millones de dólares (algo más de 51 millones de euros) con cargo a las arcas públicas levantó una áspera polémica pública; fue criticado por el propio presidente del Gobierno, Cyril Ramaphosa; y hasta dio lugar a que tres miembros del South African Tourism Board —Enver Duminy, Ravi Nadasen y Rosemary Anderson— presentaran su dimisión el pasado 3 de febrero ante la antecesora de Patricia De Lille por estar en desacuerdo con la operación.

Prioridades y legalidad

De Lille ha puesto en primer lugar la delicada situación económica del país y de sus recursos públicos para justificar la anulación del proyecto: “En la actual coyuntura económica”, ha declarado, “el uso de los fondos públicos debe considerarse cuidadosamente y, para que cualquier departamento cumpla su mandato, debe hacerlo de forma rentable, explorando múltiples opciones y teniendo debidamente en cuenta todas las prioridades. La justificación de cualquier gasto público significativo debe tener sentido en el marco del clima económico más amplio en el que se encuentra nuestro país”.

Sin embargo, no ha sido este su único argumento. De Lille también ha añadido que el asesoramiento jurídico que solicitó sobre el acuerdo poco después de su nombramiento había llegado a la conclusión de que la operación era «ilegal e inválida»: no cumplía la política de gestión de la cadena de suministros de la Oficina de Turismo, era fruto de una contratación directa sin que mediara el preceptivo concurso competitivo y no estaba correctamente presupuestada.

El presidente de la Oficina, Thozamille Botha, ha enviado una carta a De Lille en la que le comunica que su departamento acata la decisión: «No seguiremos adelante con la operación, ni buscaremos la aprobación necesaria realizarla». Sin embargo, también ha expresado su malestar por el hecho de que De Lille hiciera pública la cancelación del acuerdo sin consultarles previamente y sin darles ocasión a que pudieran defender con detalle sus argumentos.

De Lille no se ha inmutado por esta crítica y la ha devuelto prácticamente en los mismos términos, señalando que, en realidad, era responsabilidad de los responsables de la Oficina el haberse dirigido a ella con la suficiente antelación y que, tras incorporarse al Ministerio, les solicitó un informe sobre el tema que nunca recibió.

En todo caso, la ministra también ha difundido un mensaje más conciliador: «Este asunto ya ha concluido, pero seguiremos trabajando juntos con el South African Tourism Board para explorar otras vías, crear el entorno propicio para que el sector privado invierta y se sume a las iniciativas gubernamentales para hacer crecer el turismo, dar la bienvenida a más visitantes a nuestro país y crear más puestos de trabajo para la gente del sector turístico”, ha señalado.

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