⚽ Fútbol internacional

Adriano, un imperio sin emperador

Adriano Leite es un antónimo en sí mismo. Apodado ‘El Emperador’ tuvo un reinado en el mundo del fútbol. Pero no fue controlado por él, al menos gran parte de ese mandato. Pese a poseer los poderes de control para llegar a lo más alto, el brasileño se quedó a mitad de camino. Ganó batallas, demostró que era de los más válidos, pero también se mostró como un incomprendido. Visceral en todo lo que hizo sobre un terreno de juego y fuera de él. En sus actuaciones no existía la escala de grises. Era blanco o negro. Amor incondicional u odio profundo.

Con 41 años recién cumplidos y ya retirado del fútbol desde 2016, su imagen pública está siempre en boca de todos por sus escándalos. Definitivamente, dejó de apretar el freno y se dejó llevar cuesta abajo. Pero siempre que se me viene el nombre de Adriano a la cabeza, me pregunto lo mismo: ¿dónde hubiese sido capaz de llegar en plenitud de condiciones? En el fútbol existen dos tipos de futbolistas: los pulcros con carreras intachables y los rebeldes sin causa. Adriano es la viva demostración del segundo grupo.

👑 De las favelas brasileñas a la élite del fútbol

Es una historia recurrente en muchos futbolistas brasileños. No por eso deja de impresionar. Adriano nació en Vila Cruzeiro, una de las favelas más peligrosas de Río de Janeiro. Como todos los niños de edad temprana, su diversión fue el balón. Dio sus primeros pasos en el Hang, club que creó su padre, y el Flamengo lo reclutó para sus categorías inferiores. El resto creció a la misma velocidad que sus tremendas habilidades. 

Llegando a la mayoría de edad debutó en el primer equipo del ‘Fla’ y en la selección absoluta brasileña. Se estrenó con el Flamengo el 2 de febrero del 2000 en un torneo Río-São Paulo contra el Botafogo y marcó su primer gol cuatro días después ante el São Paulo en la misma competición. Su debut con la ‘Canarinha’ fue el 15 de noviembre del 2000 contra Colombia.

Todo fue muy rápido y en 2001 fichó por el Inter de Milán por unos 13 millones de euros. Eran otros tiempos en los que la inflación todavía no había llegado al fútbol. Su carta de presentación con la elástica de los nerazzurro fue un trallazo de falta ante el Real Madrid en el Trofeo Bernabéu. Mejor sitio imposible. Fue la primera imagen de un Adriano con 19 años. Ese disparo se calcula que alcanzó los 140 km/h. 

😉 El heredero de Ronaldo Nazario

Sus inicios en el Inter no fueron sencillos. Salió cedido a la Fiorentina y al Parma, marcando 32 goles entre los dos clubes, según Trasnfermarkt. Fue el preludio a lo que vino después en el Inter. En el Giuseppe Meazza se convirtió en estrella del fútbol italiano y también fue uno de los referentes en Europa. Sus carreras, cambios de ritmo, la calidad en el regate y la fuerza sobrehumana que poseía lo elevaron a la altura de Ronaldo Nazario. Muchos veían en Adriano a la estrella brasileña. 

Por siempre será recordado uno de los mejores regates del delantero el 21 de octubre de 2004 ante el Valencia en la Champions League. Adriano regateó a Cañizares en la salida del portero fuera del área y con una ruleta con caño incluido se fue también de David Navarro. El Inter se llevó ese partido por 1-5.

La dupla que formaron en el Inter con Zlatan Ibrahimović o con Obafemi Martins fue temida por todos sus rivales. Sin embargo, como también suele ocurrir en los futbolistas brasileños, tras tocar la cima, bajó rodando. Adriano se apagó rápidamente. Más rápido de lo que le costó llegar a la cima.

😢 Cayó en depresión tras la muerte de su padre

En un texto publicado en Players Tribune, el brasileño manifestó que su bajón de rendimiento fue debido a la depresión que le ocasionó la muerte de su padre en agosto de 2004. A partir de ese momento empezó a llevar una mala vida con el alcohol y las fiestas como protagonistas. Fue la vía de escape para tanto dolor. Aguantó en el Inter hasta 2009, pero su peso fue cada vez a menos. Pese a todo, acabó anotando un total de 74 goles con el Inter en 177 partidos.

Zlatan Ibrahimovic y Adriano chocan la mano tras un partido con el Inter (Getty Images).

Sus recurrentes carreras contra el mundo y sus misiles al golpear el balón desaparecieron del mapa. Decidió regresar a Brasil en 2008 para estar cerca de los suyos, y después de rescindir con el Inter, volvió al Flamengo. Los goles regresaron para ‘El Emperador’. En su debut con el ‘Fla’ consiguió ver portería. Ganó el campeonato brasileño con su club de origen. Decidió darle otra oportunidad a Europa. Otra vez Italia. Voló hacia Roma. Sin embargo, fue su sentencia. Tras perder su magia, también cayó el físico. Ya no podía competir en el máximo nivel.

A partir de 2012 se paseó por el mundo del fútbol. Pasó por Corinthians, Flamengo de nuevo y Atlético Paranaense y pausó su carrera durante unos años. Desapareció del mapa, pero volvió para sorpresa de todos en 2016 para unirse al Miami United. Sin embargo, la ventura en Estados Unidos tan solo fue de dos partidos, un amistoso y otro oficial. Decidió colgar definitivamente las botas.

Un final bastante triste para una historia de superación en sus inicios y de dramatismo en sus últimos coletazos. La vida está llena de senderos y de decisiones y Adriano se equivocó en todas las que tomó. Al menos, para esto sí tiene memoria el fútbol. Y fue tan bestia lo que hizo en sus mejores años, que ‘El Emperador’, pese a no haber reinado en su propio reino, nos dejó su imprenta en nuestra memoria para siempre.

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