¿Cabeza de ratón o cola de león? ¿Ser la estrella de un proyecto que luche por la permanencia o un gregario más en un aspirante a ganar la liga? Seguramente, esas dos preguntas, que son la misma, hayan revoloteado por la cabeza de Aleksandar Mitrović estos últimos años. Un delantero muy valorado en el entrañable estadio de Craven Cottage, que con el Fulham se devoró la Championship el curso pasado (43 goles en 44 partidos) y que, ahora que ha devuelto a los londinenses a la Premier League, se ha propuesto mantener esa salvajada de promedio.
⚽🔢 Por promedio, solo Haaland y Rodrigo Moreno le superan
Utopía para muchos, pero, de momento, nadie se atreve a asegurar que esto no lo va a mantener hasta final de temporada. En las 13 jornadas que ha disputado, suma ya diez goles en Premier League y solo se ha ido de vacío ante Everton, Wolverhampton, Nottingham Forest y Newcastle United. Si en la segunda categoría del fútbol inglés el ratio de goles por minuto era aterrador (un tanto cada 89 minutos), ahora sale a gol cada 110 en Premier League. En dicha liga, solo le superan esta temporada un tal Erling Haaland (57 minutos pasan de media entre cada una se sus dianas) y Rodrigo Moreno, que lleva nueve goles en 13 partidos y que marca cada 99 minutos. Harry Kane iguala el bronce, por ahora, con Mitrović.
Sorprenden los números del delantero español, aunque estos están «peor» repartidos en términos de regularidad. Menos cantidad para el ex del Valencia, pero mejor ratio, dado que juega menos minutos de media por partido. Evidentemente, a la hora de ponderar la dificultad que entraña hacerlo en el Fulham, recién ascendido, o en un Leeds United que estuvo a punto de descender, Haaland no deja de ser de otro planeta, pero sí de otra galaxia. Además, Mitrović hizo dos en tres partidos del Mundial con Serbia, lo que muestra que no los marca en un solo contexto futbolístico que le arrope.
💪 Dominio más allá de goles
La experiencia es un grado y, a sus 28 años, el delantero centro balcánico se mueve cada vez mejor sobre el césped. Llamémoslo instinto o inteligencia, porque no sabemos si le sale natural o si se pasa las noches estudiando dónde, cómo y cuándo desmarcarse, pero es diferencial como pocos en esa faceta. Como no podía ser de otra forma, tiene haters que se escudan en que es un cazagoles, lo cual no es incierto, pero sí un calificativo despectivo que debería estar lejos de serlo. Es una virtud por la que se pagan muchos millones de euros, que todo delantero querría tener, por mucho que sus highlights no sean los más vistosos más allá de algún salto y cabezazo portentoso, o goleo de media distancia exuberante.
Movimientos de mucho nivel dentro, pero también fuera del área. Aleksandar Mitrović te da gol, pero también te acerca a él por su capacidad para ganar juego directo, retener balones y activar compañeros en transición. Aunque donde realmente es un catedrático de lo suyo, es en lo primero. Su fútbol, al igual que el de su Fulham, llega sin florituras, cuando más se le necesita y con una asiduidad digna de lo que es: un orfebre en la zona de castigo, que si no llega antes que tú, se busca la manera de llegar mejor.
