Wuhan Zall Warm Up Game
⚽ Fútbol internacional

La burbuja del fútbol en China se rompe: las claves de la crisis

La Superliga China se cae. Está rota. Lejos quedan esos años donde el gigante asiático era un reclamo para futbolistas de todo el mundo. Desde los clubes, ofrecían salarios desorbitados que dibujaban mantos de billetes en los ojos de los jugadores. China, en un crecimiento económico imparable, quería llegar a todos los rincones del planeta a través del fútbol. Para la cultura china, triunfar en el deporte es sinónimo de éxito. Sus medalleros en competiciones internacionales o en Juegos Olímpicos son la envidia mundial. Pero les faltaba el deporte rey: el fútbol.

Así, el gobierno, con el presidente Xi Jinping a la cabeza, y las grandes empresas locales empezaron a invertir, por allá el 2011, grandes cantidades de dinero. 11 años después, la historia en China ha dado un giro de 360 grados. Impagos, fuga de futbolistas y desinterés por parte de las organizaciones gubernamentales. El descenso a segunda del Guangzhou, antes Guangzhou Evergrande, es el mejor ejemplo de la crisis del fútbol chino. Con él, se cierra definitivamente una etapa que deja más oscuros que claros.

💶 China: fichajes por catálogo a golpe de talonario

En 2010 la empresa inmobiliaria Evergrande Group compró el Guangzhou, un equipo por aquel entonces acostumbrado a estar en la parte media-baja de la clasificación. La idea era convertir este club en un gigante del fútbol. La primera inversión fue Cléo en 2011. Futbolista serbio-brasileño. Pagaron 4 millones de euros al Partizán por el jugador.

A partir de allí, en verano de 2011 trajeron al argentino Darío Conca (8 millones de euros), y el gasto fue en aumento en los siguientes años con Lucas Barrios (8,5), Ricardo Goulart (15), Talisca (19), Paulinho (42) o Jackson Martínez (42). El gobierno y la competición dio rienda suelta a estas inversiones y otros clubes como el Shanghai SIPG, el Quanjian, el Shenhua, el Jiansu Suning, el Beijing Guoan o el Dalian Yifang se fueron sumando a la fiesta.

Paulinho, exjugador del Barça, en una acción con la camiseta del Guangzhou Evergrande (Getty Images)

De allí salieron fichajes como los de Carlos Tévez (10), Jonathan Soriano (15), Alexandre Pato (18), Elkeson (19), Axel Witsel (20), Marek Hamsik (20), Marko Arnautović (25), Ramires (28), Modeste (29), Yannick Carrasco (30), Cédric Bakambu (40), Alex Teixeira (50), Hulk (56) y Óscar, que tiene el récord de traspaso con los 60 millones que el Shanghai SIPG pagó al Chelsea en 2017. El brasileño sigue vinculado a este club, pero tiene permiso para no estar en el país.

El precio global que destinó la liga china entre el 2011 y el 2022 supera los dos 2 mil millones de euros. Entre el 2015 y el 2017, la Superliga China se codeó con las cinco grandes ligas europeas en cuestión de gasto en fichajes. Además, se ofrecieron sueldos desmesurados, como los 40 millones de euros anuales que firmó Carlos Tévez con el Shenhua en 2017. Datos que ponen en valor lo que se cocinó allí.

👑 😰 Un reinado en Asia cogido con pinzas

La competición china adquirió pedigrí. Y dentro de este escenario, el Guangzhou Evergrande sobresalió ganando dos Champions Asiáticas en 2013 y 2015, con Marcello Lippi y Luiz Felipe Scolari, respectivamente, en el banquillo. También ha pasado por allí el italiano Fabio Cannavaro. En total, el Guangzhou ganó todas las ligas desde 2011 hasta 2019, salvo la del 2018, que la ganó el Shanghai SIPG. El Jiangsu venció en una liga anómala por el Covid en 2020, aunque anunció su retirada poco después por problemas económicos. El Shandong Taishan se consagró en 2021 y este año ha sido el Wuhan Three Towns del español Pedro Morilla en último en levantar el trofeo.

Fabio Cannavaro en un partido del Guangzhou Evergrande (Getty Images)

Esto fue el mejor resultado de la inversión. En contra, estos resultados no se vieron reflejados en la selección china, una de las aspiraciones que tenía Xi Jinping. Los chinos jugaron el Mundial de 2002 y ya no han vuelto a participar en una cita mundialista, quedando penúltimos en su grupo clasificatorio para ir a Catar 2022. Tampoco han ganado ninguna Copa Asiática y solo han conseguido vencer dos campeonatos de Asia Oriental en 2005 y 2010.

🦠 El covid-19 acabó con el sueño chino

Al no producirse los resultados esperados con una inversión tan grande, el gobierno de China instauró un tope salarial para controlar las cuentas de los clubes. Pero no sirvió de mucho. En 2020 llegó la pandemia del Covid-19, que obligó a parar la actividad mundial y que afectó a la economía. Además, el origen del brote se originó en la ciudad china de Wuhan. Esto afectó a las empresas que estaban detrás de las entidades y a los patrocinadores. Entidades como Suning y Evergrande han caído en quiebra, con lo que han dejado de apoyar a los clubes.

Actualmente, la competición funciona como una burbuja. Los futbolistas no pueden ver a sus familias por el riesgo de contagiarse y juegan cada 3-4. De junio a diciembre se ha disputado toda la temporada. Los salarios han bajado de forma considerable, los estadios están medio vacíos y las estrellas se han marchado en masa. 

🌴 Arabia Saudí, Catar y Estadios Unidos, los nuevos paraísos exóticos

El plan de convertir en China en una referencia en el fútbol mundial ha fracasado. En Asia, competiciones como la de Japón o la Corea del Sur, sin ir más lejos, le han comido la tostada en cuanto a atracción y seguimiento. Además, China ha perdido dos grandes torneos que se iban a disputar en su país. En 2021, estaba previsto inaugurar la nueva versión del Mundial de Clubes de la FIFA y no se pudo disputar Para 2023, el país iba a ser sede de la Copa Asiática y ha declinado la logística. Finalmente, se hará en Catar. Muy lejos también queda la idea de poder organizar una Copa del Mundo de selecciones en suelo chino. 

Actualmente, los jugadores prefieren irse a otras ligas asiáticas como la de Arabia Saudí, la de Emiratos Árabes o la de Catar. Allí es dónde está el dinero y el crecimiento. El Al-Hilal saudí es el actual campeón de la Champions Asiática y en la liga de Arabia hay jugadores como Talisca, Gustavo Cuéllar, Grzegorz Krychowiak, Marega, Vincent Aboubakar, Álvaro Medrán, Odion Ighalo o Éver Banega. La MLS de Estados Unidos también coge fuerza con futbolista como Carlos Vela, Gareth Bale, Lorenzo Insigne o Riqui Puig. 

Es evidente que China está en una encrucijada donde lo que menos importa ahora mismo es el fútbol, que continuará dormido hasta que el país no recupere su normalidad.

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