Hay cosas en la vida que te marcan. Dejan una huella imborrable en tu ser para pasar a formar parte de ti. El técnico italiano Claudio Ranieri siente un amor incondicional hacia el fútbol. A sus 71 años, sigue sintiendo la pasión del primer día. Hecho que le ha llevado a comenzar otro capítulo, el número 23, en su historia con este deporte.
Pero este no es un capítulo cualquiera. Es toda una declaración de amor a unos colores y a un club que le vio nacer en los banquillos. Ranieri deja el frío de Inglaterra para estar cerca de casa. De los suyos. Vuelve al Cagliari 30 años después. A la Serie B. El técnico milagro no ha podido hacer oídos sordos a la llamada de socorro desde Cerdeña. Descendido el curso pasado, el Cagliari está a tres puntos de volver a perder otra categoría. El italiano quiere cerrar el círculo. Quiere agrandar su leyenda.
🤓 En Cagliari empezó su legado de técnico maravilla
Nacido en 1951 en Roma, Ranieri tuvo una carrera futbolística vinculada a su país. Debutó con la Roma en 1973. Desde su posición de lateral derecho, partió de titular contra el Génova. Tenía 22 años. Luego pasó por el Catanzaro, el Catania y se retiró en el Palermo con 34 años. No consiguió ganar ningún título como jugador en sus más de 350 partidos.
Decidió dar el paso a los banquillos para conseguir lo que no pudo jugando sobre el terreno de juego. Tras su retiro como futbolista, asumió la dirección técnica del Vigor Lamezia, donde se mantuvo durante un año. Luego, en 1988, dirigió al Puteolana en la Serie C. De allí pasó al Cagliari, donde comenzó a forjar su leyenda. Al frente del equipo ‘rossoblu’ ganó la Copa de Italia de la Serie C y los llevó a la Serie A, la máxima categoría. Una gesta que quedó grabada en la mente de los fanáticos de Cerdeña.
Dejando la isla en 1991, se consagró en los banquillos del Nápoles y la Fiorentina. Con él al mando, la Fiorentina conquistó una Copa de Italia, una Supercopa y llegó a la semifinal de la Recopa, cayendo contra el Barça de Ronaldo Nazario. Ranieri demostró de lo que era capaz en su país. Pero solo era el comienzo.
🏆 España le acogió en su primera experiencia fuera de Italia
El camino de Ranieri en el fútbol no ha tenido un rumbo claro. Cogió las maletas y se fue a España. Mestalla fue su primera casa en 1997. En dos etapas distintas, dirigió al Valencia, ganando una Copa del Rey y una Supercopa de Europa. Era un Valencia que hacía soñar. Un hueso duro en Europa. De Mendieta a Aimar, pasando por Carboni y Albelda. Fue su primer ida y vuelta a un club. Entre medias pasó por el Atlético de Madrid y el Chelsea, sin tanta suerte, aunque llevó a los de Londres a una semifinal de la Champions League.
En 2007 volvió a Italia para entrenar a los mejores equipos en ese momento: Parma, salvándolo del descenso, Juventus y Roma. Hijo pródigo, su sueño era ganar con su Roma. Estuvo a punto, pero el gran Inter del triplete de José Mourinho se interpuso en su camino.
Precisamente, su siguiente equipo fue el Inter en 2011. Solo estuvo una temporada. El Mónaco y la Selección de Grecia fueron sus siguientes pasos antes de su consagración definitiva entre los gigantes del deporte.
😯 Ranieri se hizo eterno en el Leicester
De nuevo una isla, esta vez la británica, se cruzó en su camino. En 2015 firmó con el Leicester. Se podía pensar que era un paso atrás en su carrera. Pero fue todo lo contrario. Partieron con el objetivo de mantener la categoría con una plantilla modesta formada por nombres como Schmeichel, N’Golo Kanté, Drinkwate, Wes Morgan, Mahrez, Vardy, Okazaki y Ulloa.
Jugadores desconocidos hasta ese momento, pero que Ranieri logró conjuntar a la perfección para lograr una de las proezas más grandes vistas en el deporte. De querer la permanencia en la máxima categoría, los ‘Zorros’ se proclamaron campeones de Inglaterra y Ranieri se convirtió en el King de Leicester.
Claudio Ranieri celebra el título de la Premier con Kasper Schmeichel (Getty Images)
Tras ese hecho sin precedentes, Ranieri ha sido considerado como un técnico salvador o activador de proyectos. Empezó en plenitud en el Nantes en 2017, pero Fulham y Roma requirieron sus servicios para reconducir malos arranques. En el Fulhan ni acabó el curso. Finalmente, fue a la Sampdoria en 2019 y el Watford lo llamó como salvador la temporada pasada. Sin embargo, lo cesó en enero. Ahora, regresa al Cagliari, donde todo comenzó, para escribir un nuevo capítulo en la historia. Vuelve a casa para sacar al club de la isla de una situación complicada.
💖 Un entrenador querido allá donde va
No hay nada que hable mejor de una persona que un alago o un reconocimiento al trabajo bien hecho. Eso es lo que ha conseguido Claudio Ranieri con el paso de los años. Ya como un veterano y después de más de una veintena de equipos dirigidos, el italiano es ovacionado cada vez que pisa el estadio de alguno de sus antiguos clubes. Con más motivo si se trata de la Roma y del Leicester. Justamente los dos equipos se encontraron en las semifinales de la pasada Conference League y Ranieri acudió al Olímpico de la capital romana a presenciar el partido. Una vez descubierto por las cámaras, el estadio se unió en un sonoro aplauso.
Claudio Ranieri receives a round of applause from Leicester City and Roma fans at the Stadio Olimpico. 💙 pic.twitter.com/oDyRqGPISp
— CBS Sports Golazo ⚽️ (@CBSSportsGolazo) May 5, 2022
Un año antes, en 2021 y como técnico del Watford, Ranieri se reencontró con el Power King Stadium, el estadio que le vio fraguar la proeza del Leicester. Pese a ir de visitante y en contra, en ese momento, de los intereses de los ‘Zorros’, se llevó una ovación de reconocimiento. Misma que recibió en 2016 en Stamford Bridge en su visita con el Leicester. Es un entrenador que deja huella por donde pasa.
El Leicester se reencuentra con el que fue su héroe, el cerebro de un 2016 en el que hicieron historia ganando su primera Premier.
Claudio Ranieri vuelve al King Power Stadium y recibe el aplauso de aquellos a los que hizo felices ✨#PremierLeagueDAZN ⚽️ 🏴 pic.twitter.com/kBonguqp8D
— DAZN España (@DAZN_ES) November 28, 2021
