En una noche eléctrica en el Lluís Companys, el Barcelona de Hansi Flick demostró que está dispuesto a callar todas las críticas con fútbol de alto voltaje alemán, antes incluso de que empiecen a despertarse. Con un resultado más corto (2-1) de lo que fue el juego ante todo un Athletic Club, los culés firman su segunda victoria liguera para alcanzar al Celta en la cabeza de la clasificación y sellaron su candidatura al título, que puede reforzarse a medida que piezas clave se reincorporen, como Gavi, De Jong u Olmo.
El primer día de Flick en casa
Desde el pitido inicial, se vio a un Barcelona hambriento, con un plan de juego definido y ejecutado a la perfección. Flick ha logrado lo que parecía imposible: convertir a Raphinha en un todoterreno capaz de iniciar jugadas en la medular y finalizarlas en el área rival. Pero la verdadera joya de la corona fue, sin duda, Lamine Yamal.
Yamal demostró por qué ya es considerado el mejor jugador del Barça y uno de los más destacados de LaLiga. Su gol para abrir el marcador responde a su marca registrada, por más que se ensuciara en el toque de Lekue, reminiscencia de su actuación con la selección española ante Francia y su ya antológico gol ante Rabiot.
Mientras tanto, el Athletic parecía perdido en el campo. Nico Williams, objeto de pitos e insultos por parte de la afición local, estuvo desaparecido en la que pudo haber sido su casa. Su hermano Iñaki, desplazado a la punta del ataque ante la ausencia de Guruzeta, tampoco encontró su sitio en el partido.
El empate llegó de forma inesperada antes del descanso. Un penalti cometido por Pau Cubarsí, que parece más revolucionado que nunca en este inicio de temporada, fue transformado por Sancet. Sin embargo, el 1-1 al descanso no reflejaba lo visto sobre el césped.
El Barcelona despierta y acelera
La segunda mitad fue un monólogo azulgrana. Pedri, en su mejor versión desde hace tiempo, dirigió la orquesta culé encontrando espacios por doquier. Pero el protagonista final sería Robert Lewandowski. Tras dos remates al palo y una volea salvada milagrosamente por Álex Padilla, el polaco demostró su olfato de ‘9’ puro cazando un rebote para marcar el 2-1 definitivo.
Para los que dudaban de mí.
Tres goles en dos partidos y pichichi provisional de LALIGA.Firmado: Robert Lewandowski ✍🏻#LALIGAenDAZN ⚽️ pic.twitter.com/6MJMv5zEym
— DAZN España (@DAZN_ES) August 24, 2024
Los cambios del Athletic no surtieron efecto. A Nico Williams le faltó gasolina y el centro del campo rojiblanco fue más corazón que cabeza. El Barcelona controló el partido hasta el final y sumó así 6 puntos de 6 posibles para dormir en lo más alto de la tabla, a la espera de la incorporación de Dani Olmo.
Esta victoria no solo silencia las críticas sobre el trabajo en los despachos, sino que también llena de orgullo a la afición culé al ver un banquillo repleto de canteranos. Hansi Flick parece haber encontrado la fórmula perfecta en la mezcla juventud, talento y ambición. El mensaje es claro: este Barcelona va en serio.