Ha llegado el día. Tras estar prácticamente un año en el dique seco, Pablo Gavi ha vuelto a los entrenamientos del Barça. Al calvario de su lesión de su rodilla apenas le queda tiempo. Desde que ha estado fuera, todo ha cambiado mucho. Ni el entrenador es el mismo para los culés. Por ello, está a punto de comenzar una nueva era en la carrera del joven centrocampista. No solo por su lesión, sino por todo lo que puede conseguir con Hansi Flick. Gavi es la guinda del pastel que le faltaba al destacado líder de la liga española.
¡Primer entreno de Gavi con el grupo! pic.twitter.com/532XbQ8BXG
— FC Barcelona (@FCBarcelona_es) September 12, 2024
🌟 Con Flick, Gavi es una bendición
Dentro de este nuevo Barça que no reniega a su estilo pese a ser más visceral, Gavi es un regalo. Pocos centrocampistas en el mundo han demostrado ser mejores que él presionando. Y esto, para un Flick que busca que su equipo robe muy alto, es increíble. Puede maximizar una de las claves del apabullante inicio de temporada de los culés. Debería ser el líder del centro del campo en ese sentido, el que maneje los hilos del equipo al respecto. Junto al sacrificio de Raphinha, todo debería girar a su alrededor.
Lo bueno es que su potencial para presionar no se queda en lo que haga él, sino lo que le puede transmitir a sus compañeros. Gavi es un jugador que transmite energía, que arrastra al resto hacia la batalla. Él es un director de orquesta atípico, de los que transmite sin balón y mediante su movimiento constante. Porque él, más que de música clásica, abraza el rock&roll. Y pocas noticias hay mejores para un Barça que, sin renunciar a su ADN, es más vertical. Gavi no debería tardar en ser la cara visible del equipo por esto mismo. Todo nacerá de él cuando no tengan el balón.
Y luego está, como no, su calidad técnica. No es un jugador que tenga la claridad en el pase de Pedri, pero sí tiene capacidad para conducir. Puede ayudar a que el Barça se asiente en campo contrario con mecanismos distintos, y que, a priori, suenan bien con lo que propone Hansi Flick. Es la guinda del pastel a esa máquina perfecta que está siendo el inicio en esta temporada. El jugador que faltaba para apuntalar todo lo bueno y minimizar lo malo. O, al menos, así debería ser. Hay una incógnita que, por desgracia para los culés, no se puede ignorar: su dichosa lesión.
🤔 ¿Volverá con el mismo nivel al Barça?
En torno a su rodilla gira todo. Una lesión de ligamento cruzado condiciona carreras, y Gavi acaba de salir de ella. Son miles los ejemplos de jugadores que tuvieron esa dolencia y jamás volvieron a ser los mismos. Por el camino, perdieron la explosividad de antaño, provocando que su fútbol se diluyese en una versión más gris de lo que fueron. Esto, para un jugador de las características del sevillano, podría ser una sentencia. Si a alguien con tanta energía le quitas su dinamismo, se pierde. De ahí que haya que coger la vuelta del centrocampista con pinzas y mucha paciencia. No sería justo dibujarle un escenario optimista si aún no ha vuelto a competir.
La otra cara de la moneda la presenta Florian Wirtz. Sufrió una lesión similar, y ha vuelto como un mejor futbolista. Ha conseguido ser la excepción que confirma la regla, como si estuviese escrito que pudiese superar semejante dolencia por su talento divino. Gavi podría ser el siguiente en conseguirlo. Todo depende de como responda su cuerpo, porque no sería ni culpa suya. Por ello, acompañarle en el camino será fundamental. Es parte del trabajo de todos que pueda volver a su mejor versión.
Sea como fuere, Hansi Flick ya le espera. Sabe que de su regreso depende mucha parte de su proyecto, pues Gavi está hecho para jugar en este Barça. Puede ser la guinda de un proyecto que saca músculo en lo deportivo pese a su inoperancia en lo económico. Si consigue asentarse rápidamente, alcanzarán el siguiente nivel; y si no, solo les quedará resignarse por lo que pudo ser y no fue por el caprichoso destino. En ese impasse está el barcelonismo en general y Gavi en particular.