El Real Madrid cerró el 2022 con una victoria vital en Valladolid por 0-2. Un triunfo con el sello Real Madrid. Al menos, el Madrid de Carlo Ancelotti, capaz de sufrir la mayor parte de los minutos, pero de ganar cuando todo parece en contra. Eso sí, necesitó a sus dos mejores jugadores de este año: Thibaut Courtois y Karim Benzema. El belga sostuvo a los madridistas con un recital de paradas y el francés apuntilló arriba con un penalti y con un disparo desde dentro del área en el tramo final a pase del agitador Camavinga.
Los dos se sacaron de un manotazo sus papeles en el Mundial. Courtois reivindicándose como el mejor portero del mundo y Benzema exhibiendo ante todo el planeta que está en perfectas condiciones para la práctica del fútbol. El Valladolid estuvo de notable alto y se fue muy cabreado con el colegiado por la decisión de pitar una pena máxima por manos de Javi Sánchez. Consecuencia de la acción, Sergio León acabó expulsado por protestar. El Madrid duerme líder a la espera del partido del Barça contra el Espanyol.
🐙 Courtois sostuvo a un Madrid que salió congelado en Pucela
La visita no era cómoda. Frío, último partido del año, después del Mundial… Y se notó. El Madrid entró muy patoso al encuentro. Como el que vuelve a practicar deporte después de un periodo de inactividad. Que sí, pero que no te encuentras. En cambio, el Valladolid salió a morder y a romper la estadística de 13 partidos sin ganar al Madrid. Desde 2008 los vallisoletanos no cantan victoria ante los de la capital.
Sin embargo, no contaban con Courtois. El belga no entiende de parones. Él sigue a lo suyo, aumentando el odio de los atacantes contrarios. Debe vivir con un pitido constante en el oído. El belga volvió a ser clave para el Madrid. Le sacó una rosca brillante a Aguado volando arriba a la derecha, desbarató varios disparos lejanos y, como postre, echó sus más de dos metros de estatura al suelo en menos de lo que canta un gallo para desviar un cabezazo de Sergio León.
El Madrid pareció desbordado en algunos tramos del partido. No encontró la partitura de la sinfonía y desafinó. Pese a esto, el portero belga sostuvo el show. Las portadas siempre son para los hombres del gol y para las celebraciones, pero Courtois en Valladolid fue el hombre más decisivo del Real Madrid.
🪄 No se puede hacer más con menos
El Valladolid ha sabido aprovechar los meses del Mundial. Si cuando llegó el parón los de Pacheta estaban en un buen estado de forma, la actuación contra el Madrid demostró que siguen por el buen camino. El técnico burgalés asfixió a Toni Kroos, que tuvo que hacer de Tchouaméni, puso peajes para las carreras de Valverde y defendió con dos a Vinícius para contener sus erupciones. Gran despliegue físico de Iván Sánchez para ayudar a Iván Fresneda por la banda del brasileño. Aunque voluntarioso, Vinícius parece que ha perdido frescura respecto al inicio del curso.
En el centro del campo, Pacheta ha sabido sacar la mejor versión de Roque Mesa, que junto a Kike Pérez, hoy saliendo desde el banquillo, y Álvaro Aguado, conforman un centro del campo de muchos quilates. Los blanquivioletas se encontraron con un gran Courtois y con un penalti en contra muy protestado que llevó a la expulsión de Sergio León. En condiciones normales hubiesen estado en disposición de rascar algo. Con inferioridad, el Valladolid ya no tuvo nada que hacer.
🤗 Benzema sí se siente arropado en el Madrid
El otro protagonista fue Karim Benzema. Tras uno de los tramos más raros de su carrera deportiva, el francés tenía unas ganas locas de demostrar. Ya ha dejado sus servicios con su país, pero en el Real Madrid aún tiene mucho que decir. Como un animal herido, Karim rugió con fuerza en el Nuevo Zorrilla para irse hasta los siete goles esta temporada y convertirse en el máximo goleador del Madrid en esta temporada. Puesto que ocupa desde que se fue Cristiano Ronaldo, que justamente cuando estaba jugando el Madrid hizo oficial su incorporación por el Al-Nassr saudí. Es increíble cómo cambian las vidas de los jugadores.
Benzema marcó de penalti y tras un jugadón de Camavinga. El joven centrocampista francés funciona mejor de revulsivo que de inicio. Algo bueno y malo a la vez. Es buen jugador, pero para minutos locos. Tiene que mejorar tácticamente si quiere contar con más protagonismo en un Madrid que duerme líder momentáneamente. Este sábado, el Barça podrá voltear la situación de nuevo si es capaz de ganar al Espanyol en el Camp Nou.